Moira El pánico no es lo único que recorre mi cuerpo cuando se acerca. Soy incapaz de apartar mis ojos de los suyos mientras él respira pesadamente sobre mi rostro.—Tenías que volver aquí—repite—¡Tenías que volver aquí!—Dillon, Yo creo que ...—¡No me importa lo que creas!—el agarre en mi garganta se ajusta—¿Te importó a ti lo que yo creía?No soy capaz de hablar, se pega un poco más a mi cuerpo, el calor que proviene del suyo es sin dudas una muestra de que él no está bien, mis ojos captan las gotas de sudor que caen de su rostro, un rostro pálido y febril.—Dillon estás enfermo, necesitas...—Sé lo que necesito Moira—gruñe—necesito saber por qué, porque te fuiste con ese maldito, porque jugaste conmigo como si fuera un estúpido.La preocupación por su estado supera el pánico que antes me invadía. Muevo mis manos hasta su frente sin importarme que una de las suyas está rodeando mi cuello y efectivamente su temperatura no es normal.—Dill, tienes fiebre, no puedes estar aquí...Él
DillonMe pongo en pie sin saber exactamente qué estoy haciendo, camino tambaleándome por la fiebre hasta el lugar por el que Moira salió corriendo y alzo mis ojos cuando escucho su grito de pánico.Intento correr en su ayuda, pero mis piernas se debilitan. Escucho su súplica de que me vaya antes de que el sonido de unos pasos me haga retroceder entre las columnas del solario. Veo a Melissa correr junto a su hermano hasta donde Moira tiembla.La rabia me llena cuando Cedric le grita que debería haber tenido más cuidado y de no ser por el pánico de Moira cuando mira hacia aquí abría ido ahí para golpear al maldito Cedric por gritarle.¿Acaso soy un idiota?Me pregunto antes de dejar que el cambio llegue para poder correr lejos de ellos. Dijo que son una familia, que me mantuviera alejado de ellos, pero pude ver qué no lo ama, pude sentir el latido de su corazón acelerarse cuando la besé en un absurdo delirio de necesidad.Ella no me quiere, quizás nunca me quiso y mientras yo estuve aq
Dillon Regreso a mi casa porque realmente no tengo fuerzas para seguir mirando a Masson, agradezco que nadie me vea, entrar al edificio aunque esté en mi forma Lycan y solo cambio una dentro de mi departamento. El silencioso lugar me dice que Melissa aún no regresa, cosa que agradezco porque realmente quiero estar solo ahora mismo.Paso una mano por mi cabeza mientras entro a la ducha y el frío del agua hace que mis músculos se relajen.¿La secuestró?Esas palabras siguen flotando en mi mente, me siento mal, furioso con Masson por hacerme esto y aún más rabioso conmigo mismo por dejarme engañar. Acepté este matrimonio porque confiaba en su juicio, pero mi vida es un infierno.Ahora Moira está de vuelta y no puedo tenerla porque está casada con alguien más, Masson me chantajeó bien, está vez él sabe que sería incapaz de separarla de sus hijos. Crecí sin padres, viví en carne propia, lo que es no tener a alguien de tu sangre junto a ti y no pienso hacerle eso a la mujer que amo.La muj
Moira Abro la puerta de mi habitación después de una noche infernal y me encuentro a Ced, con esa mirada reprobatoria en su rostro que solo me hace sentir peor.—¿Me vas a dar los supresores?Él no responde, toma una de mis manos y empuja el pomo de supresores en ella.—Realmente prefieres pasarla mal a acostarte conmigo Moira—niega—no puedo creerlo.—No vamos a hablar de esto ahora Ced—suspiro—estoy cansada.—Si me hubieras llamado te sentirías mejor—insiste—¿Por qué no puedes siquiera intentarlo?—¡No quiero intentarlo!—le grito—te advertí que no podía, yo solo quiero a…—Moira, ese lycan te abandonó—mi pecho arde—mírame, estoy aquí de pie frente a ti esperando que me ames¿No puedes siquiera intentarlo?—No, Cedric, no puedo intentarlo—soy cruel—no puedo ser más que tu amiga y dijimos que no volveríamos a tener está conversación¡Lo recuerdas!—¡No puedo Moira!—golpea la pared—te deseo, estuve contigo todo este mes, le di un nombre a tus bebés y creo haber demostrado que puedo ser t
Moira El auto que Cedric rento cuando llegamos no es muy difícil de conducir, el aire fresco que se filtra dentro de la ventana me hace un poco feliz. Ha pasado mucho tiempo que no conduzco.Si soy sincera, nunca creí que estaría feliz de conducir, pero después de todos estos meses lo único que quiero hacer es sentirme libre. Trato de olvidar cualquier problema que pueda molestarme mientras disfruto del silencio, mis hijos y el ligero atisbo de libertad que me hace sentir controlar este auto.No sé qué va a pasar a partir de ahora, no sé cómo va a reaccionar Dillon o si podré mantenerme firme en esta decisión de tenerlo lejos.El recuerdo de ese beso en el solario me hace tragar, chequeo a los pequeños que aún duermen en su silla para el auto y decido estacionar unos minutos junto a la carretera.No hay mucho que ver aquí más allá de los árboles o el terreno válido que separa el territorio lycan con la frontera humana.Pensar en la vida que tuve en aquel lugar me hace sentir un poco
Dillon La reunión con mis socios se extiende más de lo que esperaba, entiendo su desconfianza después de todos estos meses pero terminan aceptando mi trato por un poco más de tierra para cultivar sus productos.Miro el teléfono de mi oficina decidiendo si debería o no llamar a Manuel. Necesito su ayuda, para conseguir tener a Moira de regreso pero siento vergüenza de pedirle algo así después de haber mentido sobre mi matrimonio.Cierro mis ojos durante un momento, evalúo todas las opciones disponibles pero no hay mucho para elegir, así que la opción más viable es llamar a Manuel para pedirle su ayuda.La puerta de mi despacho se abre, la voz de mi secretaria interrumpe esa lucha interna sobre lo que debería hacer ahora que sé la verdad. Ella lanza cuatro carpetas de colores sobre la mesa.—La información que pidió—señala la primera carpeta—el trabajo para la próxima semana—toca la otra carpeta—esto lo envío Masson.Frunzo el ceño, abro la carpeta que no tengo idea de que es y la soli
Moira En algún momento el cielo se vuelve gris, la tormenta que rompe de la nada oculta el gemido que escapa de mí mientras conduzco de regreso a casa…¡Su casa!Maldigo para mis adentros mientras trato de conservar la calma, el dolor de cabeza incesante me dice que los supresores están tratando de controlar el ciclo de calor, pero estuvimos cerca Dillon y yo, tan Cerca que estuve a punto de decir que sí.El calor que consume mi piel me hace gemir. Atravieso la carretera al límite de velocidad y no me siento mejor cuando llego al fin a las puertas que custodian el terreno de la casa.Un auto naranja está estacionado fuera, la lluvia se hace más fuerte mientras me pregunto qué tipo de día tan infernal es este.La duda de si tendré oportunidad de escapar se responde por sí sola cuando la dueña del auto naranja se acerca al porche sosteniendo dos paraguas. La veo abrir uno antes de bajar las escaleras hacia mi auto. Dejo caer mi cabeza sobre el volante esperando la inminente realidad qu
Moira Termino de arreglar mi maleta unos momentos antes de que el sonido de la puerta principal me diga que Ced está aquí.Después de mi conversación con Melissa tomé la decisión más saludable para todos. No puedo seguir escondiéndole la verdad a Cedric. No puedo pretender que en algún momento volveré a quererlo y definitivamente no voy a dejarlo sufrir.Me ha ayudado tanto que no podría compensárselo. Los días en Alemania no eran precisamente agradables, no me herían o torturaban, pero me usaron de tantas formas como pudieron para conseguir los malditos supresores que ahora me están dando.¿Irónico, verdad?Un ligero toque en la puerta me hace mirar hacia ella, camino lista para abrirla y lo primero que veo es a un desanimado Ced tratando de sonreír.—¿Estás enfadada todavía?Suena triste, mi pecho comienza a latir rápidamente debido a los nervios y toma todo de mí mirarlo directamente a los ojos.—Tenemos que hablar Ced, yo…—respiro hondo—tomé una decisión.—¿Qué?—él me mira confus