Moira.Mi cabeza palpita una y otra vez, al igual que la sangre entre mis piernas. No me siento bien, de hecho ni siquiera sé qué siento ahora mismo.Camino tambaleándose hasta el baño de la habitación y un pequeño flujo de sangre desciende desde mi pantorrilla.¡Me mordió!Un temblor incontrolable me hace cerrar los ojos con fuerza, me detengo un segundo frente al espejo intentando contener esa necesidad latente entre mis piernas.¿Qué habría hecho si no lo llamaban?¡Me habría acostado con él!No puede ser, nunca sentí una necesidad tan grande y jamás en mi vida creí que está lujuria sería provocada por un lycan.Un lycan, los seres que más he repudiado desde que era una niña. Mi madre siempre decía que eran malos, que debíamos ocultarnos de los lobos para poder tener una vida tranquila y recuerdo que siempre rentaba casas en la zona céntrica de la ciudad.No importaba si era caro, ella decía que un poco de dinero extra podría salvarnos la vida, pero no fue verdad.Ese monstruo nos
Dillon—¡Te necesito Dillon!Esas palabras cortan el último hilo de cordura que tengo en mí. Los instintos lycan de mi sangre hacen que pierda totalmente mi lado racional.Regresé a casa furioso con Ada, nos mordimos un poco después de golpearlo hace un rato, pero luego la encontré en la ducha.Inconsciente, tirada sobre las baldosas con su olor inundando todo el lugar.Cierro mis ojos mientras dejo de respirar por la boca tratando de ignorar así toda esa maravillosa esencia que escapa de su cuerpo.La mano entre los dos está fuertemente sujeta a mi miembro, el mismo que desesperado por unirse en su interior, pero esa parte de mí que sigue consciente sabe que esto está mal.No sé exactamente por qué ella parece estar en celo, ni siquiera creo que pueda pensar en este momento y el olor solo está haciendo las cosas más difíciles.—¡Dillon! ¡Por favor!Súplica la mujer bajo mi cuerpo con los ojos cargados de deseo, ella sujeta mi miembro más cerca de su propio calor y trago una palabrota
MoiraUna ligera brisa me hace parpadear. Germanesco un minuto con los ojos cerrados recordando cada una de las cosas que sucedieron ayer. No puedo creer o mejor dicho, no lo quiero creer. ¡Con un Lycan!No con uno cualquiera sino con el peor de todos.¡Terminé en la cama con Dillon!Me renuevo entre las sábanas, odiándome a mí misma. Coloco una almohada sobre mi rostro para evitar gritar como una loca en medio de la habitación.Es verdad que el calor en mi piel se fue, que ese dolor segador entre mis piernas ha desaparecido, sin embargo, estoy disgustada. Los odio, mi vida fue un tormento por culpa de esos sucios lycans y siempre me alejé de ellos como mi madre pidió pero...Un ligero latir en mi pecho me hace jadear, me retuerzo un poco más entre las mantas al recordar todo lo que hicimos. La forma desesperada de la que respondí a su tacto.¡Estoy loca! ¡Pedí la maldita cabeza! ¡Es un Lycan!—¿Ya terminaste de agonizar?Aparto la almohada de mi rostro para posar mis ojos sobre el du
Dillon Atravieso uno de los callejones más peligrosos de la zona humana, mi auto se mueve sin problemas entre las calles mientras los hombres que custodian algunos lugares reconocen mi matrícula.No necesito decir quién soy, de hecho, soy el único lycan que viene a este lugar desde hace años.¿Por qué?Porque la persona que me enseñó este mundo aún vive aquí, es el rey de este lugar, aunque esté retirado, sin contar que es probablemente el único ser humano al que realmente respeto.Bajo dos cuadras más allá de la avenida principal, mis zapatos golpean la desgastada acera frente a su casa y arreglo mi traje para rebasar la valla blanca custodiada por dos hombres armados.El olor familiar de la casa me hace feliz, siempre que vengo a este lugar me siento de regreso al pasado. Cuando mis padres murieron odiaba el hecho de que fuera un lycan. No soportaba sentirme violento o no poder controlarme y un día Manuel me encontró.Me metí a su territorio porque me apetecía romper las reglas, Ad
Moira Miro la libreta de notas que encontré junto a un teléfono en la inmensa cocina de esta casa y supongo que esto es demasiado mediocre para considerarse investigación.Después de pasar toda la mañana analizando las últimas setenta y dos horas he descubierto que:Dillon tiene mucho dinero, es adicto al trabajo y le gusta la vainilla.¿De qué me sirve esto?¡Para nada!No he conseguido encontrar un buen material, qué mafioso no guarda en su casa facturas o fajos de billetes.¡No lo entiendo!Mi pecho da un ligero saltito cuando otro descubrimiento viene a mi mente. Me dejo caer sobre mi espalda en medio de la cómoda cama e intento ignorar mi respiración agitada.También descubrí que es muy bueno haciendo otras cosas, pero no sería capaz de escribirlo. Ni siquiera puedo creer que esté aquí sonrojada porque recordé el beso de un Lycan.¿Es esto síndrome de Estocolmo?¡Soy una de esas desequilibradas que se enamora de su secuestrador!Aunque tampoco esto suena como un secuestro, tengo
DillonMis dedos sujetan la hoja de papel donde la información de Moira está escrita e intento encontrar algo fuera de lo normal, pero todo parece en orden.Se graduó de la universidad de periodismo en el viejo distrito central, trabajó un tiempo para la BTT y desde hace doce meses es redactora de la revista LivStar.Su familia tampoco parece extraña, es hija de una madre soltera. El padre se marchó a los dos años de que la niña naciera y luego su madre fue asesinada.Paso a la siguiente hoja dónde los nombres y números me dicen que es una chica inteligente, sus notas son bastante buenas o al menos lo eran hasta los doce.Quizás fue la muerte de su madre la causa de dicho cambio porque unos tres años después las notas vuelven a ser increíblemente buenas. Inspecciono un poco más los papeles deteniéndose en el informe forense de su madre.Mordeduras en ambas muñecas, varios rasguños en espaldas y muslos.Causa de la muerte:Desgarro de la vena Aorta por un objeto punzante (garra)Dejo l
MoiraLa puerta de mi habitación se abre un momento después de que el sonido del coche fuera, me diga que esa mujer se ha marchado y yo sigo encerrada en esta mansión. Escucho sus pasos un segundo antes de que la puerta de mi habitación se abra.—¿Qué haces aquí?Digo nerviosa de estar en una habitación sola con este lycan que me hace sentir extrañamente sofocada. Sus pasos pasan el umbral arrastrando con él un objeto familiar para mí.La maleta rosa con estampado de rosas es un regalo de la última señora que entreviste antes de ser secuestrada.—Creí que querrías tus cosas.Bajo de la cama donde he estado sentada hasta ahora y arrebato el asa negra de la maleta.—¿Cómo conseguiste esto?Cuestiono confusa, Él lleva sus dedos hasta su cabello en ese gesto que comienzo a pensar es de frustración.—Envíe a alguien a tu casa en la zona humana—explica—revisa el contenido y dime si necesitas algo más.—¿Sabes lo que necesito?—digo cruzándome de brazos—irme de aquí, lejos de ti o de cualquie
DillonReviso los documentos que mandé a pedir en la oficina y supongo que las cosas están yendo bien en mi negocio, pero todo está demasiado tranquilo para mi gusto.Las personas bajas con las que suelo mezclarme siempre están buscando más o tratando de engañarme de alguna manera, así que no puedo confiar simplemente en un informe. Tomo el móvil que siempre guardo en la primera gaveta de mi escritorio y marco uno de los números en él un momento después.—¿Señor Anderson?—la voz rasposa de Íker me desagrada—¿Sucede algo con el informe?—Dónde está ese dinero—respondo—mi contador me dió una cifra inferior.—No puede ser señor, soy muy cuidadoso con el informe, así que...—Crees que llevo dos días aquí—cuestiono—no estás jugando limpio Íker y realmente me da igual si robas o no a los demás, pero a mí no—le advierto—más te vale que reciba una llamada de mi contador en veinticuatro horas o vas a pasarlo mal ¿Entiendes?—Señor, le prometo que...—No quiero tus promesas, quiero mi dinero, t