Me siento completamente enfadada. No puedo creer que Alex esté del lado de Diana. Esa mujer, mi madre, estoy segura de que me abandonó durante años. Ella jamás me amó a mí ni a mi padre. Únicamente buscaba deshacerse de nosotras. La furia y la tristeza se mezclan en mi interior, haciendo que mi pecho se sienta como una caldera a punto de estallar. Ni siquiera fui capaz de decirle a Alex que estoy embarazada, que espero un hijo suyo. Tengo muchísimo miedo de que él, nuevamente, se enamore de mi madre. Y no quiero que se sienta atado a mí solo por nuestro hijo. En este momento, me encuentro con mi tío Diego, quien ha venido a mi casa a buscarme. En cuanto abrió la puerta y me vio, me dio un fuerte abrazo, un gesto que me hizo sentir un poco más segura en medio del caos. —Tío Diego, ¿qué ha pasado? —pregunto con la voz temblorosa, tratando de mantener la compostura. Él me sostiene por los hombros, mirándome con preocupación en los ojos. —Necesito que te calmes, Alba. Ya exhumar
Alba Miller Salía de la clínica cuando me encontré con Liam Santillán, quien venía acompañado de Gabriel. Al verlos, toda la tensión acumulada y la confusión explotaron dentro de mí. Antes de que pudiera decir una palabra, Liam me envolvió en sus brazos. Sentir su abrazo, aunque de un hombre al que consideraba un desgraciado, me brindó un inesperado consuelo. Me aferré a él y comencé a sollozar. —Alba, tranquila, estoy aquí —murmuró Liam con una voz sorprendentemente suave. A pesar de su reputación, en ese momento no me importaba. Necesitaba a alguien, a cualquiera, que me sostuviera. Gabriel se acercó, su rostro reflejando preocupación. —Alba, ¿qué ha pasado? ¿Por qué estás así? —preguntó, su tono lleno de cuidado. Tomé una profunda respiración, intentando controlar los sollozos, y me aparté un poco de Liam para poder mirarlos a ambos. —Todo está... todo está mal —dije, mi voz quebrándose—. Alex podría ser mi padre. Toda mi vida ha sido una mentira, y no sé qué hacer.
Alexis Santillán Había pasado más de un mes desde la última vez que vi a Alba. Me dediqué a cuidar a Diana y a mis hijas, así como a la investigación. Descubrimos que la mujer y la niña que creíamos que eran Alba y Diana eran, en realidad, una madre y una hija que habían desaparecido hace años. También ya enterraron a Brad y el caso está a punto de cerrarse porque él confesó ser el asesino antes de morir y Diana lo acusó. Sin embargo, su hermano Esteban y Sara están intentando demostrar que es inocente. Ahora vivo en la mansión con mi padre, mis hijas y Diana, ya que Irene se ha marchado a vivir a otra casa con Gabriel. Esta noche, estoy cenando con Diana y las niñas. Sin embargo, Vera está muy molesta. No tolera a Diana. Ninguna de mis hijas la quiere, a pesar de que ella se esfuerza. Es evidente que prefieren a Alba. La tensión en el comedor era palpable. Vera apenas tocaba su comida, lanzando miradas resentidas a Diana. Decidí intervenir, tratando de suavizar el ambiente. —V
Alba Miller Había pasado más de un mes desde la última vez que vi a Alex, y el dolor seguía presente. Actualmente, estaba viviendo en un pequeño departamento con mis ahorros. Trataba de mantenerme ocupada para no pensar en todo lo que había pasado, pero era difícil. No quería ver a nadie, sin embargo, Liam me encontró en mi nuevo trabajo como mesera y descubrió que estaba embarazada. Me amenazó con decirle a Alex si no aceptaba sus visitas. No tenía más opción que acceder, aunque me sentía incómoda con la situación. Para ser justo, jamás ha intentado nada conmigo. Únicamente me cuida, me compra comida y le ha comprado algunos regalos al bebé. A veces me pregunto por qué lo hace, pero nunca le pregunto directamente. Es increíble cómo ha crecido mi estómago. Ya tengo cuatro meses de embarazo y el estómago me ha crecido enormemente. El doctor explicó que es normal este crecimiento abrupto porque durante los primeros meses casi no presenté síntomas; a algunas mujeres les ocurre.
Había decidido buscar a Esteban. Él estaba decidido a descubrir la verdad sobre Brad, su hermano mayor. Aunque sabía que Brad era un monstruo, no lo creía capaz de los crímenes que se le atribuían, y sinceramente, yo tampoco. Así que comenzamos a buscar entre sus pertenencias alguna pista, algo que pudiera arrojar luz sobre lo sucedido. Por supuesto, frente a Esteban oculté mi estómago, disimulando mi embarazo bajo ropa suelta. Nos encontramos en la antigua casa de Brad, un lugar que siempre me había dado escalofríos. Esteban me recibió con una expresión mezcla de preocupación y determinación. —Gracias por venir, Alba. Sé que esto no es fácil para ti —dijo Esteban, guiándome hacia la sala donde había esparcido varios documentos y cajas. —No te preocupes, Esteban. Quiero saber la verdad tanto como tú —respondí, mirando alrededor y tratando de ignorar la opresión que sentía en el pecho. Empezamos a revisar papeles, fotografías y objetos personales de Brad, buscando cualquier cos
Me puse un vestido rojo, suelto y delicadamente elegante, cuidando de que no marcara demasiado mi embarazo incipiente. Dejé mi cabello suelto y me puse un saco discreto para completar el conjunto, tratando de sentirme segura mientras me preparaba para enfrentar la noche. El camino hacia la fiesta fue tenso. Mis pensamientos se concentraban en Vera, mi luz en medio de la confusión emocional, pero también en el inevitable encuentro con Alexis y Diana juntos. Llegamos y el bullicio de la fiesta me recibió de inmediato. Traté de mantener la compostura mientras buscaba a Vera entre la multitud. Al llegar, Vera corrió hacia mí y me abrazó con entusiasmo, luciendo radiante en un precioso vestido negro. Le devolví el abrazo con cariño y saludé a Emma, su pequeña hermana, que estaba cerca. Noté entonces que toda su familia estaba presente en la fiesta. Sin embargo, mi alegría se vio empañada al ver a Alexis con Diana. Un nudo se formó en mi estómago y traté de mantener la compostura mien
Estoy viviendo uno de los momentos más emocionantes de mi vida. Desde hace más de dos días, Alba y yo estamos llenos de felicidad porque descubrimos que está embarazada. Sentada en mis piernas ahora mismo, Alba irradia una luz especial mientras las niñas hojean revistas, todas inmersas en los preparativos para nuestra boda. — ¿Qué te parece este vestido, papi? — pregunta Vera, mi hija mayor, mostrándome una página brillante de una revista de bodas. — Es hermoso, pero creo que a Alba le gustaría algo más sencillo y elegante, ¿no crees, cariño? — respondo, acariciando el vientre de Alba. Me encanta sentir los movimientos de nuestro bebé. Alba sonríe y asiente, con ese brillo en sus ojos que me enamora más cada día. Estoy decidido a hacer de nuestra boda un evento inolvidable para ella. Bruno, nuestro futuro hijo, ya tiene un lugar especial en nuestros corazones y en nuestros planes. — ¿Y tú, Emma? ¿Qué opinas del lugar para la ceremonia? — pregunto a mi hija menor, mientras hoje
Alba Miller Había ido a la cabaña con Esteban. Como el estaba de viaje me acompaño Samuel.Estaba decidida a descubrir qué había pasado con mis padres. Ya estaba feliz con Alexis y mi bebé, pero necesitaba cerrar el ciclo y saber la verdad. En la cabaña solamente encontramos un pequeño USB que estaba oculto en la pared y ahora lo ingresamos en la computadora de Samuel. Yo no entendía qué hacía ese USB entre las pertenencias de Brad. Tecleé donde decía "Alba". En el archivo había varias fotografías de mi madre, primero cuando era adolescente, luego embarazada de mí, de mí cuando era bebé, cuando era niña. Había fotografías en cada momento de mi infancia y adolescencia, todas tomadas por mi madrina. Sin embargo, me alarmé cuando encontré fotografías más recientes de mi vida actual y de mi embarazo. No entendía a quién pertenecía ese USB ni por qué alguien estaría espiándome. Esteban se acercó, notando mi expresión de preocupación. — ¿Qué pasa, Alba? —preguntó con cautela.