Aunque sonara raro en lugar de que las palabras del Alpha le infundieran temor sucedió todo lo contrario, Samantha se sintió segura junto a él, por alguna razón su naturaleza arrebatada y feroz le atraía de un modo que ni ella misma podría explicar.—No he traído mucha ropa—la timidez en la voz de Samantha era evidente.—No necesitarás ropa de ahora en adelante—soltó Iker lavándose el rostro en el lavabo del pequeño cuarto de baño dentro de la habitación. Sus palabras provocaron que la joven se estremeciera—, de donde vengo hay excelentes costureras, fabricamos las mayoría de nuestras prendas de manera artesanal—le explicó para calmarla.—¿Vives lejos de nuestra ciudad?—la curiosidad picaba dentro de ella y no pudo evitar preguntarle.—Se puede decir que llevo una vida campestre y de ahora en adelante tu también lo haras, como mi esposa—ella asintió en respuesta no podía negarse a seguirlo. Él la había salvado de caer en desgracia ante todos.—Iré por algo de comida—se limitó a decir
La luz de la luna se reflejaba sobre la fogata, creando luces y formas diversas, los tambores comenzaron a sonar dándole la bienvenida a la nueva novia, Samantha lucía impecable, los aullidos de los más jóvenes no se hicieron esperar, eran la forma de darle la bienvenida a la esposa del Alpha.Iker no pudo evitar sonreír ante la imagen de su esposa, por alguna extraña razón se sintió gratamente complacido con la belleza de la joven, ella no era Sahira, pero el no buscaba una sustituta, sino enmendar su error, tapando su falta para con esa joven, quien tuvo la desgracia de cruzarse en su camino en el peor momento posible.—¿Aceptas bailar conmigo?—Iker le tendió la mano en un gesto de caballerosidad, provocando que la joven se sonrojara. Sin pensarlo ella la tomó, fueron ante la fogata crepitante, allí su esposo dejó ver su pecho desnudo, y sin pensarlo empezó a rodearla velozmente, se sentía confundida por la imagen ante ella, su esposo iba y venia a una velocidad increíble y entonces
Samantha esperó por un dolor desgarrador, imaginó que su cuerpo quedaría hecho añicos, producto de la furia de la bestia que amenazaba con atacarla, pero el dolor nunca llegó, tuvo miedo de abrir los ojos, pero al final lo hizo, quedándose atónita ante lo sucedido, el rubio reía, mientras de su mejilla salían un par de lineas de sangre.—No te acerques a mi esposa—gruñó el Alpha, quien tenía la ropa hecha jirones y estaba cubierto de tierra y maleza—, la próxima vez no seré compasivo.La joven temblaba como gelatina, si bien la bestia no la había atacado, la furia en los ojos de su esposo le hizo sentir temerosa, retrocedió, tropezando con una roca y cayendo al piso, su tobillo dolía.—Te llevaré a nuestra choza—la cargó en brazos con sumo cuidado, aunque evitó mirarlo a los ojos por temor a lo que vería dentro de estos.Una vez en la choza la depositó sobre el catre cubierto de pieles, ella nunca estuvo en un lugar parecido, el piso era de tierra, pero aun así se sintió cómoda, todav
La visión de su esposa en ese vestido de manga larga con escote en forma de v dejó al Alpha gratamente complacido, la joven lograba desatar sus deseos, pero esta vez no se dejaría dominar por ellos, aunque en el fondo de su ser anhelaba saborear su piel, para él nunca habían estado juntos, puesto que aquella noche fatídica solo veía a Sahira, esta hermosa mujer que ahora era su esposa no tenia nada que ver con aquel recuerdo brutal.—¿Crees que me veo bien?—preguntó Samantha con timides , al notar que su esposo no dejaba de mirarla.—Siempre te ves bien—le dijo sin entrar en detalles, o terminaría por decir cosas que no debería, lo menos que deseaba era asustar a la joven.—Encargate de llevar más vestidos a nuestra choza esta noche, sabré recompensarte—esta vez de dirigió a la otra mujer, para luego ofrecerle el brazo a su esposa.—Gracias por el vestido—ella le sonrió con ternura.—No tienes que agadecerme nada—Iker se detuvo repentinamente—, eres mi esposa y es mi deber cuidar de ti
Su cuñada la llevó hasta la choza de su esposo, se sentía perturbada por la situación vivida, Samantha lo único que deseaba era llevar una vida normal y tranquila, al quedarse sola se dejó caer sobre las suaves pieles que le servían de cama. Era su segundo día como esposa y ya se había visto envuelta en chismes malintencionados, quizás nunca podría empezar de nuevo, probablemente su pasado saldría a flote tarde o temprano y estaría arruinada para siempre.—¿Te sientes mal?—su esposo le tocó la frente, comprobando que tenía calentura. —Estoy un poco cansada—suspiró sin abrir los ojos.La fiebre la tenía en un estado de somnolencia, no tenía ánimos de nada.—No debí pedirte que trabajaras—gruñó arrojando el contenido de la mesita de noche contra el piso. Se recriminaba por haber hecho que la joven de esforzara cuando aun no conocía la vida en la manada.—Tranquilo, no es tu culpa—ella le sostuvo la mano con ternura, su piel suave contra la dura piel del lobo.—Cuidaré de ti—prometió a s
Samantha estaba devastada sin ánimos de continuar, ya no tenía nada por hacer ni nada que esperar, miró el lago y recordó su pesadilla, aquella, en la cual se ahogaba en esas aguas, hasta que un hombre apuesto llegaba para salvarla; ese fue un sueño encantador, ansiaba ser querida, las lágrimas resbalaron por sus mejillas sin cesar y entonces decidió hacerlo real, se lanzó a las agua, mismas que le dieron una fría bienvenida, quizás la muerte la besaría.—No soy la muerte, pero también te puedo besar hasta el fin de tus días—las palabras resonaron en la cabeza de Samantha mientras era arrojada fuera de las aguas por un hombre que reconoció de inmediato; era Iker, su esposo.Ella estaba confundida, ¿Por qué estaba él allí? Acaso quería regodearse al verla llorar, era tan mezquino como para obligarla a mantener un matrimonio sin amor.—Para o me darás una enorme migraña—Iker se quejó rascándose la cabeza.Odiaba nadar con ropa, pero las circunstancias lo habían obligado a hacerlo; o de l
Para Samantha ese simple gesto de su marido significó demasiado, ella siempre fue una joven cita solitaria, se dedicaba a cuidar a su familia y trabajar duro para darle el sustento diario. Luego de tomar una ducha caliente, se puso un abrigo de piel rojiza, proporcionado por su esposo, él se estaba comportando con ella de maravilla, por lo que no pudo evitar que un par de lágrimas resbalaran de sus ojos.—No llores—su esposo le besó la frente con ternura y ella lo abrazó. Sintiendo así una calidez especial dentro de ella.—Siempre te cuidaré, Sammy—le dijo mirándola a los ojos. La joven sonrió ante el nombre cariñoso dado por su ahora esposo.Le costaba admitirlo a viva voz, pero se había enamorado perdidamente de su esposo, al principio le tenía miedo y solo había cedido al matrimonio para proteger a su familia del escarnio público, pues ser madre soltera era mal visto en la aldea donde vivía. Samantha se llevó las manos al vientre de forma instintiva, el Alpha colocó una mano sobre l
No podía ser su mente de seguro le estaba jugando una mala pasada, cerró los ojos con fuerza deseando que la visión de su ex desapareciera ante él, pero sucedió todo lo contrario la fémina acortó la distancia entre ambos, buscando su cercanía. Iker aspiró el aroma familia, era ella, la mujer que debió ser su esposa. Sahira estaba ante sus ojos.—¿Por qué tardaste tanto en venir por mí?—ella le sonrió, estaba tan cerca que podría besar sus labios sin esfuerzo.—¿Acaso esto es una broma?—soltó Iker sin humor, Sahira quería burlarse de él nuevamente, pero esta vez no se lo permitiría.—Hermano—la voz familiar lo hizo girarse para ver a su hermano menor. Sahira dio un paso atrás intentando fingir inocencia.—Lamento no avisarte que estábamos viviendo aquí, no quería arruinar tu luna de miel.—¿Qué tonterías dices?—soltó Sahira abruptamente.—Mi hermano y su esposa vinieron a pasar su luna de miel aquí, he conocido a mí cuñada hace un par de minutos—le explicó su esposo con cariño.—¿Te cas