[Joselyne]No pude dormir, sentía que en cualquier momento alguien entraría con arma en mano. Thiago no durmió conmigo hoy, hoy si lo quería cerca de mí. Si logro regresar al hospital, pediré mi renuncia. No puedo creer que el director me haya mandado a acá. Este lugar es un infierno, ni siquiera se puede tomar mis investigaciones, estoy aquí por tonta. Siempre creo en lo que me dice las personas, nunca desconfío hasta que estoy en estas situaciones de nuevo. Aunque el director nunca me había fallado, no tenía razón para desconfiar. Era imposible que supiera que esto me esperaba. Hoy el día parece soleado, así que me asomo para ver que está pasando afuera. No veo a ningún soldado fuera de mi laboratorio, solo un pequeño niño jugando con una gran roca semi redonda. El niño tiene cerca de cinco años, pero tiene el peso de uno de dos años. Mi corazón se siente sensible al verlo. — ¿Ya has comido hoy? Mi voz le asusta, hablo inglés, pero demasiado lento, para que pueda entenderme. —
[Joselyne] La confusión n mi rostro debe ser demasiada, pero Thiago está tan molesto que parece que no me dará explicaciones. Los niños a mi lado parecen estar peleando por quien será mi esposo.Thiago parece que de verdad no dirá nada, porque parece a punto de irse. — ¿Puedes explicarme lo que acabas de decir? Thiago no se detiene, sigue caminando y sale del laboratorio. No me detengo y lo sigo. ¿Qué le pasa? — ¡General! Thiago no se inmuta en querer hacerme caso, se detiene solo porque uno de sus hombres le habla. Así que aprovecho para acercarme. — Explícame lo que acabas de decirme. — No tengo nada que explicarle, doctora. Soy el encargado de su seguridad mientras siga en África —da un paso para acercarse más a mi— Yo doy las malditas ordenes, así que solo haz lo que te pido. Su cercanía no me deja pensar, su mirada es como la de la primera vez que lo conocí. La verdadera mirada de un hombre sanguinario, sé que está enojado, pero no tiene el derecho de hablarme de esa form
[Thiago] La cabeza me da vueltas, pero aún así saco fuerzas de algún lugar de mi ser para seguir a la mujer que parece quererme provocar por la forma en la que camina. Doy un trago largo a lo que sea que nos hayan ofrecido de beber, no la pierdo de vista. No quiero asustarme como ayer que sentí que algo me estaban arrancando del pecho. El niño que la tiene tomada de su mano, grita algo, llamando la atención de los aldeanos. Las mujeres toman a la mujer que estoy viendo, así que me pongo alerta no entiendo lo que está pasando. Intentó alcanzar a la mujer que se mete en mis sueños sin permiso alguno, pero ese mismo niño grita algo en su idioma y me apunta. Haciendo que varios aldeanos se acerquen a mi y no me dejen alcanzar mi objetivo. Estoy tan borracho que no puedo defenderme, no puedo ni controlar mi cuerpo para quedarme quieto. —¿Qué mierd* me están haciendo? —espeto bastante irritado al sentir tantas manos sobre mi. Mi cabeza sigue dando muchas vueltas, así que aunque intent
[Joseline]No quiero abrir los ojos aunque siento el calor del sol que está saliendo. Estoy tan a gusto, que no quiero ni moverme. El catre nunca se había sentido tan cómodo como hoy. Además de que la noche se ha sentido fresca. Intento moverme para girarme pero no puedo, algo me sujeta por el vientre. Entonces los recuerdos de la noche anterior comienzan a llegarme, como una serie de recuerdos entrelazados. Lo mas inquietante es que mis recuerdos me llevan hasta un beso, otro beso, más besos, toques, pieles. “No, no, no, no, no” —pienso agitadamente y me levanto de golpe. — ¿Qué le pasa, doctora? “Esa voz, esa m*****a voz” Me giro dramáticamente viendo al General Kuzanovic desnudo acostado donde yo estaba. El me sonríe como si fuera de lo más normal despertar de esta forma, su sonrisa es… “mierd*” — ¿Qué me pasa? ¿Qué significa esto? — Bueno —se sienta— ¿si quieres saber qué paso ayer? Sinceramente no lo recuerdo, me duele la cabeza. Quiero unas aspirinas de inmediato. ¿Hay algo
[Thiago] Tuve mucha razón cuando observé a esta mujer la primera vez. Su forma de pararse, observar y hablar, me da entender que se pasa mi título por… — Déjame dejarte en claro quién soy… — General Thiago Kuzanovic —dice fingiendo voz de hombre— Yo soy la doctora Joselyne Bloch. ¡Ahora largarte que estoy a punto de trabajar! Mi paciencia ha llegado a su límite. Pero hago caso solo para no tener que ponerla en su lugar frente a esas personas. ¿Cómo puede tratarme así si solo estoy cuidando su bienestar? ¿A caso solo se burla de mi? No tiene caso pensar en eso, no tiene caso alguno romperme la cabeza pensando en lo que está pasando por la cabeza de esa doctora tan extraña. — General —me habla un soldado cabo— Tenemos movimiento a dos kilómetros. No sabemos si sean rebeldes o aldeanos. — Investiguen —ordeno. No me sirve para un carajo no saber quién está allí. — Si mi general —me dedica un saludo militar antes de irse. El día de hoy está tan caliente, que de verdad quiero ir a
[Joselyne] -------------Dos semanas después----------------- Cuando ves la vida de todas estas personas, algo impacta en tu contra. He estudiado medicina por mucho tiempo, siempre he dedicado mi tiempo a investigaciones que puedan llevar al ser humano a volver a caminar. Pero la verdad había olvidado que elegí esta profesión para salvar vidas, no solo para mejorarlas. Los niños de la aldea, cada día se ven mas fuertes. Tengo mas de ocho días enseñándoles a hacer un poco de lo que hago, para cuando me vaya, ellos puedan seguir teniendo vitaminas, medicinas básicas. — Doctora —me llama un pequeño mostrando su dibujo— ¿Cree que a mi mamá le guste? — Claro que si —sonrío. En mi campo de visión aparece Thiago, quien se encuentra dando ordenes a sus hombres. Creo que cada día que pasa, me acostumbro a verlo más. Cuando lo vi la primera vez, creí que era un hombre tosco y machista, pero no, solo es tosco, tonto y hace malos chistes negros. Es difícil imaginarme al señor Elric con este
[Thiago]Aurora me abraza más de lo que prefiero, así que pienso en alejarla hasta que veo la mueca que la doctora le ha dedicado, juraría que está celosa. ¿Es posible?— No hagas esto de nuevo, sargento —le ordenó susurrándole al oído. — Disculpe general, se me olvida que estamos ejerciendo —me suelta— te he extrañado, estoy rogando que esta estúpida misión termine. — Disculpe general, pero viene apresurándome todo el maldit* camino, puede llevarme hasta el enfermo y después siguen haciendo esto… —señala Joselyne a los dos. — ¿Y está quien diablos es? —pregunta molesta por el tono que ha usado Joselyne— ¿De dónde sacaste a esta mujer, Thiago? — Su esposa y la doctora que puede salvar sus vidas —espeta Joselyne— ¿Dónde está el enfermo que no quiero seguir perdiendo el tiempo en explicaciones que no debería estar dando? — ¿Ha dicho que es tu esposa?Aurora se gira hacía mí, siento su mirada, pero solo puedo ver a Joselyne, que se ha dado la vuelta para entrar a la aldea que está fr
[Lamento la espera, me tomé los primeros días de descanso. Después se me descompuso mi teclado, pero ahora ya está todo listo para comenzar. Mi planeación son dos capítulos diarios, así que estén atentas. Gracias por leerme y espero leer sus comentarios] [Joselyne] La noche fue demasiado larga para mí. Desde el día que nos “casamos” yo no había dormido con Thiago, tenerlo tan cerca de mi, desencadenó muchos recuerdos de aquella noche juntos y borrachos. A decir verdad, pude haberlo detenido, pero no quise intentarlo, realmente en aquel momento tenía la mente en blanco. Cuando el sol salió, me levanté y salí de aquella calurosa choza. Thiago parecía dormido, así que ni siquiera hice el menor ruido. Caminé entre nativos hasta llegar donde está mi enfermo. — Buen día, capitán —saludé cuando entré— ¿Cómo te sientes hoy? — Siento que mucho mejor, sabía que solo me hacía falta ver otro rostro diferente a lo que estoy viendo desde hace meses —sonríe con dificultad— El estomago me duele