Preston en el camino miró que alguien los venía siguiendo, revisó en la guantera si llevaba su arma pero no la traía ya que era la camioneta de Madison y no la suya.— Niños — él miró por el espejo retrovisor — quiero que ajusten sus cinturones y traten de mantenerse tranquilos, nos están siguiendo.Los gemelos lejos de asustarse se comportaron muy tranquilos, Preston aceleró y mientras trataba de perder el carro decidió llamar a la policía.— Buenos días, hay alguien que me viene siguiendo, traigo dos menores de edad conmigo y son hijos de Madison Benett y Andrés King. Supongo que esos nombres le suenan.— Así es, me puede decir qué color es el vehículo que lo sigue.— Es un carro negro, no trae placas y ya comprobé que me está siguiendo. Necesito ayuda así que le pido que mande varias patrullas a la brevedad.Varias camionetas salieron de la nada y se pusieron delante de Preston, él al ver la clase de hombres que se habían bajado se quedó helado ya que tenían armas del más alto cali
Andrés movió la cabeza varias veces en negación de lo que Madison había dicho.— Lo sabía, no me ibas a creer porque piensas que Sarah es una santa que suda agua bendita. Mejor vete Andrés, aquí no pintas nada.— Pero son mis hijos, los tres.— Puede ser que Nick sea tu hijo, eso no lo voy a negar, pero Aria y Arián son solo míos. Tú no los conoces como los conozco yo, nunca estuviste a su lado y no, no fue mi culpa sino tuya y de tus malas decisiones. Mucho tiempo pensé que si era la culpable, sin embargo no era así, lo que hice fue huir del hombre que un día me juró amor eterno y protegerme.Un policía entró a la habitación y saludó respetuosamente a los King.— Venía a darles informes del hombre que el joven amo King capturó, lamento decirles que él no quiere hablar. Lo que procede es llevarlo a la prisión y esperar su juicio.— No, usted no lo va a llevar a ningún lado — Madison caminó en dirección al oficial — quiero hablar con él.— Señora King, espero que comprenda que eso no e
Kathleen sonrió amablemente e hizo una reverencia ante los niños King, Madison y Nick.— Kathleen — Madison la abrazó — qué gusto me da verte después de todo este tiempo, hay muchas cosas que hablar. Él es mi hijo, Arián y ella es Aria.— Es un gusto volver a estar a su lado salvaguardando su seguridad.— Arián — Andrés se acercó con una foto — mira, estos somos nosotros el día que fuimos al museo, quise sacar la foto para que la tuvieras, yo tengo una copia.— No quiero nada de usted — él arrojó la retratera que se rompió en mil pedazos — ha sido malo con mamá, ya no deseo verlo, es un hombre malo.— Arián — su hermana lo miró casi llorando — ¿Por qué le dices eso a papá? Pensé que las cosas estaban bien.— Yo también pensé lo mismo pero es porque él no había mostrado sus verdaderos colores, ese mal hombre quiere apartarnos de mamá.— Papito — Aria lloró — ¿Por qué quieres hacer eso? Yo no quiero alejarme de mamita, si tú haces eso me voy a poner triste. — Yo…— ¡No! No quiero saber
La sonrisa de Andrés estuvo cargada de dolor y de rabia, él miró a Madison fríamente mientras sus manos estaban vueltas puños. — Pero eso no te detuvo de besarte con ese tipo, supongo que no me has dado el divorcio porque aún necesitas dinero y estás jugando a hacerte la digna únicamente. Claro, así fue como te conocí después de todo, tu padre te vendió a mí porque estaban casi en la calle; ahora tienes a este pelafustan solo para quitarte las ganas, eso es lo que las mujeres como tú buscan en la vida, dinero y sexo. — ¡Te voy a tirar todos los dientes que tienes! — Preston amenazó pero fue detenido por Kathleen — ¡Suéltame! Tu jefe necesita unas lecciones para respetar a las mujeres. — Es suficiente Preston, no toques a Andrés y calmate en este momento. Es una orden. — Vaya, así que tu amante es un títere en tus manos. Eres increíble Madison, te lanzas baños de pureza y condenas a Sarah diciendo que ella dió la orden para que atacaran a los niños pero bien que tú te vas a besuque
Andrés después de darle a la señora una fuerte cantidad de dinero se quedó en la oficina, él miraba el collar que se encontraba en la mesa y poco a poco esos recuerdos que ni siquiera sabía que tenía fueron llegando a su mente poco a poco. > Sarah entró en ese momento, sus ojos se clavaron en el collar y brillaron aún más que el mismo diamante en forma de corazón. — ¿Acaso lo has comprado para mí? — ella tomó la caja rápidamente — es hermoso Andy, no te hubieras molestado. — Eso no es para ti — él lo arrebató de sus manos — te pido que no toques esta prenda ya que no es tuya. Andrés cerró la caja fuerte una vez que el collar estaba dentro, él al ver que Sarah estaba llorando suspiró pesadamente. — No puedes vivir llorando Sarah, las cosas no se resuelven de esta forma. Yo también tengo muchos problemas y n
— ¿Me permites? — él tuvo la intención de ponérselo pero su mano fue empujada.— Ni loca voy a usar ese collar que estuvo en el cuello de tu amante — ella lo tomó y se lo tiró a Sarah en la cara — ahí tiene, quédatelo; al final te fascina comerte mis sobras.— Pero Madi, ese collar lo compré y sabes muy bien el significado.— Y ambos sabemos muy bien que eso no pasó de ser una simple leyenda. Después de eso creo que recuerdas lo que me hiciste pasar y también todas las cosas que me dijiste ahora, las palabras se las lleva el viento Andrés King y tú no eres la excepción.Andrés al ver que Madison no le interesaba hablar con él fue que decidió sentarse al lado de Sarah, ella veía el collar y le fue arrebatado con brusquedad de las manos.— Esto no es para ti, aunque Madison lo rechacé. Ya veré que hacer con él.— Nadie lo va a querer comprar — Madison lo miró burlona — van a decir que el collar está maldito ya que la leyenda con que lo vendían no se cumplió y solo trajo desgracia a una
La mano de Madison tomó el cuello de Sarah y la alzó, sus pies estaban a varios centímetros del piso y los movía frenéticamente. En el momento que Andrés quiso intervenir fue que Preston lo empujó muy fuerte, esto lo hizo debido a la mirada que le lanzó su jefa.— Te veo Sarah y muy bien — ella la acercó a su rostro y no había temor — tus colores, tu pasado y las personas que has enviado a matar a mis hijos. Puedo verlo todo claramente y créeme que si ellos son peligrosos, yo lo soy el doble.Madison lanzó a Sarah y ella empezó a toser frenéticamente, el tono azul violáceo de su piel comenzó a aclararse y miró a la esposa de Andrés.— Créeme, no me quieres conocer por las malas — Madisons se puso sus uñas de metal — si no quieres que te destroce, te aconsejo que mantengas alejadas tus garras de mis hijos, puedes quedarte con el idiota de mi marido si deseas pero con mis gemelos jamás vas a tocarlos con tus inmundas manos.Madison le dió un araño a Sarah y la sangre empezó a correr por
— No Sarah, sinceramente hay muchas cosas que he venido pensando y creo que entre todo esto existe algo que me encuentro ignorando. El otro día tuve recuerdos que no sabía que existían y por un momento pensé que estaba loco, sin embargo la señora Clarkson me confirmó que no era así. Siento que Madison tiene una importancia muy grande en mi vida y no le encuentro sentido a que la aborreciera de la noche a la mañana.— Al parecer juntarte tanto con la loca te está dejando igual, ten cuidado Andrés que el que con lobos anda a aullar aprende.— No, no estoy loco y me encuentro en un punto en el que puedo asegurar que tampoco Madison lo estaba cuando la metí a ese sanatorio, del cual tú me diste la idea de ingresarla y llevarla donde ese psiquiatra que no conocía en absoluto.Andrés no quiso seguir discutiendo con Sarah y terminó por irse sin esperar una respuesta. El fin de semana llegó, Madison había recibido la ubicación en la que se encontraría con el hombre y al llegar solo pudo ver