Emiliano
Rubén
Miraba fijamente la persona delante de mí y aun no podía creer lo que veían mis ojos. Quería creer que era un espejismo, una jugada de mi mente por todo aquel anhelo que guardaba en mi corazón de volver a ver aquel rostro, fueron años de incertidumbre y sentimientos encontrados, años en los que odie a mi padre y termine alejándome de mi madre, en los que mi vida dio un giro inesperado y tuve que convertirme en una persona distinta y ahora él se encontraba sin más frente a mí.
— ¿Emiliano?—dije cuestionante, después de tanto tiempo se sentía extraño pronunciar aquel nombre de nuevo.
Dio un paso hacia mí y yo di otro nuevamente hacia atrás. Como podía aceptar siquiera el hecho de que mi hermano no estaba muerto, aquel que había sido mi mejor amigo, mi columna
IntermedioEmilianoHabía tenido que tomar muchas decisiones difíciles en mi vida. Una de ellas y creo que la peor de todas había sido causarle aquel sufrimiento a mi familia. Me había involucrado en lo más sucio de la mafia y al final todo aquello solo había servido para hacer más miserable mi vida. Recuerdo haber pensado que ninguno de mis socios sospecharía de mis negocios por la izquierda, pero estaba errado y me habían amenazado con quitarme lo único verdadero que tenía en la vida que eran mi madre y mi hermano.—Regresas después de hacernos creer que estás muerto y encima de eso dices que debes matar a la mujer que amo ¡quién demonios te crees!—grito Rubén exasperado, sabía que estaba confundido y esperaba que al final cuando le dijera todo comprendiera mi posición.—Hice mu
Vino al salvarmeGenaveUna sonrisa maliciosa adorno su rostro y por fin lo vi tal cual era ¿cómo pude una vez creerme enamorada de él? como pudo pasarme por la cabeza que al fin había encontrado al hombre indicado y en ese momento la venda que cubría mis ojos comenzó a desaparecer y agradecí haber descubierto la clase de ser inmundo que habitaba en su interior, porque si, dentro de él habitaba la maldad.—No voy hacerte daño—dijo y di un paso atrás cuando vi su intención, quedando ahora en medio de aquel pasillo desolado—A menos que me mientas—puntualizo—Su mirada oscura me causo algo de temor, pero no podía demostrarle lo asustaba que me encontraba.— ¿Qué quieres?—pregunte con poca amabilidad—Ya no trabajo para Arsher, así que déjame marchar—sus labios se
Mi oxigenoRubénGenave temblaba en mis brazos y sabía que no era por la baja temperatura que se sentía aquella noche. Divise a sus padres en la distancia los dos abrazados mirándonos con nerviosismo, algo había pasado, algo que era realmente malo y no sé porque presentía que aquello tenía que ver con Marco era una extraña premonición. Pero no podía dejar que la mujer en mis brazos se expusiera al peligro, si alguien tenía que enfrentar aquel hombre ese era yo.— ¿Qué paso? —aparte su rostro de mi pecho y la hice mirarme a los ojos. Estaban enrojecidos e hinchados, verla sufrir de aquella manera me rompía por dentro.—La tiene—dije con la voz entrecortada—Sabia que algo tramaba cuando la miro y la tiene no puedo permitir que la dañe como a Tiffany—la mire con conf
NieblaRubénLa oscuridad que envolvía aquel lugar abandonado me hizo sentir que caí en una trampa y me aferre al último beso que le di a Genave a como acuno mi rostro con sus manos y me beso de manera apasionada. Ella lo sabía, sabía que podría no regresar y no quise engañarla con una falsa promesa que sabía al final no podría cumplir, solo podía prometerle que la amaría en esta y en la otra vida, porque aquella era la única verdad. Baje del vehículo y una intensa luz me deslumbro en aquel momento, observe vagamente una silueta caminar hacia mí y lleve la mano a mi espalda, donde se encontraba mi arma.—El señor lo espera—dijo aquel hombre y me escolto al interior de aquel almacén.El olor a sangre y podredumbre me recibió en cuanto entre en aquel sitio. Estaba acostumbrado, per
Su amorGenave6 Meses despuésLe dije adiós al amor de mi vida con las alas rotas y el corazón en las manos. Las noches fueron triste, amargas y él bebe en mi vientre era el único consuelo para olvidar por un momento aquella amarga tristeza. Rubén se fue, se marchó en una noche fría y esta vez no volvería, no tendría retorno y aquel dolor había sido más lacerante que el que sufrí con la muerte de la mujer que me trajo al mundo. Mis días eran grises, habían perdido todo color.Habían pasado justamente seis meses desde aquel día, mi vientre se encontraba abultado y trataba de mantenerme serena para no quebrarme, sabía que aquello podría hacerle daño a la criatura y si él estuviese aquí me recriminaría mi comportamiento, así que estaba siendo fuerte, estaba soportand
5 años despuésLa primera vez que Rubí me pregunto por su padre se me hizo un nudo en la garganta. La alce en mis brazos y la apretuje en mi pecho, mientras pensaba cuidadosamente en mis próximas palabras. Sabía que este momento llegaría, pero no estaba preparada para el mismo, había criado a mi hija en una burbuja donde la palabra "mafia" nunca había sido pronunciada, así que simplemente la miré a los ojos y le dije con dulzura.—Tú papá es un ángel Ruri, él nos cuida desde el cielo—sus ojos verdes se iluminaron y pude ver el reconocimiento en su mirada.— ¿cómo la abuela?—pregunto con curiosidad y recordar a Darla me lleno de tristeza.El año pasado fue desastroso para todos, la muerte de Darla nos marcó a todos y destrozo a mi padre. La mujer había sido insufrible mu
El entierro de RubénGenaveMe encontraba sentada con las manos sobre las piernas y la mirada perdida mirando fijamente aquel féretro. Era la única que había viajado a Rusia para el entierro de Rubén, tampoco era que pretendía arrastrar a mi familia aun ambiente como este. Rey y Darla no estuvieron nada felices cuando les dije que viajaría a Rusia. Porque aquel lugar estaría lleno de mafiosos gente realmente peligrosa, pero no podía simplemente no despedirme de él.Nastia la madre de Rubén coloco su mano sobre la mía. La mire con tristeza y sabía que tenía la culpa dibujada en la cara, porque todo esto había sido por mí, todo lo había hecho para poder salvarme. Escuche las últimas plegarias de aquel ministro y al fin las lágrimas se deslizaron por mi rostro. No quería llorar, estaba tratando d
La muerte de DarlaCuando Darla enfermo Rubí estaba a punto de cumplir los cuatro años. Al principio todo fue un caos porque no sabíamos con certeza que había provocado aquella enfermedad, luego nos enteramos del cáncer que había sufrido su madre y allá se detectó que era hereditario. Todo paso demasiado rápido, ni siquiera nos dio tiempo a procesar lo que esto realmente estaba sucediendo. Gina estaba embarazada de nuevo así que no podía permitir que viajara en su estado, aunque conociéndolo sabía que no me haría caso.Me quede junto a Darla desde el momento uno en que su enfermedad agravó no quise despegar ni un momento de ella. Recuerdo que mi padre me obligaba a regresar a casa y solo lo hacía porque entendía que tenía que cuidar de mi hija. Era duro para una pequeña niña atravesar por la pérdida