Harry Chrysler . No puedo creer que se hayan atrevido a secuestrar a mi mujer. Al leer su nota, donde decía que se había ido con Raúl, sentí una mezcla de preocupación y rabia. Inmediatamente comencé a rastrearlos. Revisé las cámaras de seguridad y captaron el momento en que unos tipos los interceptaron y se los llevaron. No podía creerlo. Mi corazón latía con fuerza mientras procesaba la información. Alicia y Raúl habían sido secuestrados y no tenía idea de quiénes estaban detrás ni de lo que querían. Sabía que no podía perder tiempo. Llamé a mis contactos de seguridad y a la policía, explicando la situación y pidiendo su ayuda urgente. Mientras tanto, no podía quedarme quieto. Sabía que tenía que hacer algo. —Debemos localizarlos rápido—, dije, mi voz firme pero llena de ansiedad. —Estamos en eso, señor—, respondió uno de mis hombres de seguridad. —Estamos rastreando la señal del coche de Raúl y tratando de identificar a los vehículos que se los llevaron. Cada segu
Alicia Montero. Me encontraba esposada a un caño y con una bolsa en la cabeza. No lograba dejar de llorar; el miedo me paralizaba. No quería que nada malo me pasara ni a mí ni a mi bebé. Cada pensamiento me llevaba a Damon, a su carita cuando me pide que le lea un cuento antes de dormir. No podía dejar solos a mis pequeños. Sentía que el aire se me escapaba y mi corazón latía con fuerza, cada latido un recordatorio del pequeño ser que crecía dentro de mí. Intenté calmarme, respirar hondo, pero la bolsa dificultaba todo. Mi mente se llenó de imágenes de Harry, de nuestros planes para el futuro, de nuestra boda. No podía terminar así, no podía dejarlo todo atrás. De repente, escuché un ruido, pasos acercándose. Mi cuerpo se tensó aún más, esperando lo peor. La puerta chirrió al abrirse y alguien se acercó. Sentí cómo me quitaban la bolsa de la cabeza y, entrecerrando los ojos por la luz repentina, vi la cara de Nicolás. Nicolás se reveló como mi secuestrador. Mi corazón latía d
Narrador omnisciente. Nicolas Chrysler estaba furioso, con el ceño fruncido y el semblante oscuro mientras enfrentaba a Raúl en la habitación. Sus ojos brillaban con una mezcla de ira y frustración, y su voz resonaba con autoridad y peligro. —¡Esto no estaba en el plan! —exclamó, su tono cargado de furia— Alicia no debía verte todo se está saliendo de control.Si me traicionas. —No soy ningún traidor, Nicolás—intervino Raúl, su voz firme pero cautelosa —Ya estamos metidos en esto los dos. No hay vuelta atrás. ¿Donde te llevaste a Alicia?— Pregunto él. — No te importa.— Respondió Nicolás. La tensión en la habitación alcanzó su punto máximo con la llegada de Harry Chrysler, quien empuñaba un arma con determinación. Nicolás, furioso, acusó a Raúl de traición mientras este último no vacilaba en defender su decisión. —¡Maldito traidor! ¡Me has traicionado! ¿Llamaste a este miserable? —gritó Nicolás, sus ojos llenos de ira. —Sí, lo hice, estúpido. No iba a permitir que
Alicia Montero Han sido meses increíblemente dolorosos. La muerte de Raúl fue un golpe devastador, tanto para mí como para Damon. Mi pequeño aún llora en las noches, su ausencia se siente en cada rincón de nuestra vida. Le hemos ocultado la verdad sobre la forma en que murió su padre, es demasiado joven para entenderla. Le digo que Raúl ha ido al cielo, que desde allí nos cuida y nos ama profundamente. Finalmente, Nicolás fue declarado culpable por sus crímenes: secuestro, narcotráfico y el asesinato de Raúl Hoffman. Harry fue absuelto, gracias al cielo. No duró más que unas pocas semanas bajo sospecha mientras investigaban los hechos. Mi testimonio fue crucial para demostrar que Nicolás, no mi esposo, había sido el responsable de mi secuestro. Pero en Estados Unidos, todo se volvió demasiado complicado. La gente nos miraba con desconfianza debido a las conexiones con el narcotráfico de las empresas de los Chrysler. Muchos creen que Harry también estaba involucrado. No quería ex
Alicia, a pesar de todas las cosas que había leído acerca del famoso internado Lago Negro, no deseaba en absoluto pasar un año reclusa en ese lugar. Imaginaba las paredes altas y misteriosas del internado rodeadas de densos bosques, creando una atmósfera sombría y misteriosa que le hacía estremecer.Esta joven tenía un cabello castaño claro, largo y sedoso, que caía en cascada hasta la altura de su cintura. Sus ojos eran un espectáculo en sí mismos, de un intenso color café claro con destellos de grises, como hojas de otoño iluminadas por el sol. Su rostro era una auténtica obra de arte, con una tez en tono canela que resaltaba la naturalidad de su belleza. Su expresión parecía la de una princesa de cuentos de hadas, pero estaba a punto de enfrentar un desafío que cambiaría su vida para siempre en ese enigmático internado.La vida de Alicia se había convertido en un completo caos desde hacía un mes, cuando su madre la dejó al cuidado de su padre, Carlos Montero, sin ninguna explicació
Alicia se hallaba extremadamente molesta y frustrada por la situación en la que se encontraba. Blanca, la directora del internado, prácticamente no la había escuchado cuando intentó explicar lo que realmente sucedió en las duchas, y su hermano Maximiliano tampoco había contado cómo había sido atrapado por tres hombres.La rabia se apoderó de ella al pensar en ese miserable individuo llamado Harry Chrysler, quien había distorsionado la realidad de los hechos y logrado que los demás creyeran su versión. Ahora, tanto ella como su hermano estaban castigados, con la tarea de limpiar el jardín del internado como consecuencia de esta injusta situación.Alicia odiaba ese lugar y a ese miserable Harry más que nunca, y la sensación de impotencia la invadía mientras se preparaba para enfrentar las consecuencias de una situación que ella consideraba totalmente injusta.Después del tenso enfrentamiento en la escuela y la firme reprimenda de la directora, Alicia y Max se retiraron a la habitación d
Alicia dedicó especial atención a su maquillaje, resaltando sus rasgos de manera elegante. Se vistió con su uniforme de manera impecable, destacando su belleza natural. Perfumó delicadamente su piel para dejar una impresión aún más agradable. Decidió subir un poco su falda, añadiendo un toque de coquetería a su apariencia antes de dirigirse al entrenamiento para encontrarse con Martín. Además, preparó con cariño una bandeja con alimentos para disfrutar juntos un almuerzo especial.— ¿Qué haces aquí, Ally? — Inquiere él mientras jala su brazo y la guía hacia un lugar lejano para que nadie los vea.— ¿Me ayudas con matemáticas? — Pide ella — Y a cambio te invito a almorzar.— Eres un genio en esa rama, Alicia.— Pero tú no. — Responde ella.— Entonces yo tendría que pedírtelo. — Ríe él.— Pero nunca lo harás.— ¿Seguimos hablando de matemáticas?Sin preguntar, Alicia une sus labios a los de él en un beso suave y lento. Sin embargo, él no le responde. Harry, quien se encontraba a unos ce
Alicia se encontraba desconcertada en su habitación. La noche anterior, había decidido investigar la habitación de su hermano, y para su sorpresa, ni él ni Martín estaban presentes. Eso ya le había inquietado, pero lo que la había dejado aún más perpleja era que había notado que Carolina, su amiga cercana, también se escapaba durante las noches. La incertidumbre y las preguntas empezaban a acumularse en su mente mientras intentaba comprender lo que estaba sucediendo en su entorno familiar y social.Además de su desconcierto, ella no dejaba de temblar al recordar las manos de Harry Chrysler sobre su cuerpo. Nunca antes le había permitido a ningún hombre tocarla, y no entendía por qué se había estremecido de esa manera con él. Sus pensamientos se entrelazaban con la confusión y la atracción que sentía, creando una tormenta emocional en su interior.—¿Donde dormiste?— Pregunta Alicia— En mi habitación mamá — Responde Max con una sonrisa burlona — De verdad ¿Te estás acostando con algui