La señora Roux nos dió todo un tour por el museo, varias personas la reconocían y le pedían una fotografía entonces gracias a este pequeño detalle nos demoramos mucho más tiempo. El señor Dubois nos llevó a un restaurante que nos daba una vista espectacular, él movió unas cuantas conexiones que hizo que fuéramos recibidos sin necesidad de reserva. — Bueno, ahora ustedes se encuentran en su ambiente — la señora Roux puso la servilleta de forma elegante en sus piernas — de gastronomía no sé mucho pero puedo asegurar que la comida aquí es deliciosa y verán que van a degustar platos tan exquisitos que pensarán que no es real. Nos atendieron muy bien en el restaurante y la comida me hacía voltear los ojos de tan deliciosa que estaba, no podía negar que la señora Roux tenía toda la razón. Muchas personas se nos acercaron y pidieron fotos, me sorprendió cuando alguien me reconoció por mis estrellas Michelín y me sume a la fotografía con las personas que tenían una sonrisa de felicidad muy
Jesse fue a vomitar al baño al pensar que había comido comida de gato con tajadas, sonreí en mis adentros y sabía que con eso iba a olvidar las ideas locas que tenía de tener otro hijo. Subí con tranquilidad a nuestra habitación y al verme desnuda simplemente apartó la mirada. — No quiero verte así, me van a dar ganas de hacer el sin respeto y sinceramente ahora besarte es algo que pensaré dos veces. No tenía idea que habías comido comida de gato. — Te recuerdo que antes de que supieras esto metiste tu lengua en mi boca y lo parecías disfrutar — miré su cara ponerse verde — deberías comer galletas saladas, eso es algo que me ayudaba mucho durante las náuseas que me daba tu hija. Jesse pasó vomitando por un buen rato y yo disfruté en la comodidad de mi cama una película de terror, aunque bueno, creo que esto no es nada comparado con lo que mi marido debe de estar pensando en estos momentos. — No puedo creer todo lo que vomité — Jesse se metió a la cama jadeando — me duele el estóma
Me puse helada y lo primero que hice fue cargar a Lena que se encontraba llorando inconsolable, podía escuchar las voces de varios hombres y aunque quería hacer algo sabía que sería demasiado imprudente de mi parte. — Por favor quédate aquí — Jesse fue a una especie de clóset y sacó una escopeta entonces me puse pálida — no te asustes, quiero que te escondas con nuestra hija debajo del escritorio ya que es de roble puro y en algo te va a proteger. Miré como Jesse salía de la oficina y por la ventana veía que le hacía señas a los cocineros que se resguardarán, hubo algunos que se armaron de muchas cosas que se tenían en la cocina y le cubrieron las espaldas a mi esposo. — Cariño mío — miré a Lena — tienes que ser valiente, tu papá va a protegernos de esos locos que se metieron al restaurante. Quería ir detrás de él pero no podía dejar a mi hija sola, Lena estaba demasiado asustada y se mantenía un poco tranquila ya que la tenía cerca de mí. Miré como los hombres armados entraron a
Jesse quiso verificar que lo que los hombres decían era la verdad, llamó a Chase a pesar que ya era algo tarde llegó e hizo unas llamadas. — Lo que dice este hombre es cierto — él guardó su celular — incluso su mamá se encuentra en un hospital porque está enferma, su esposa lo dejó por otro hombre y se largó dejando a sus hijos a cargo de él; antes trabajaba como jardinero pero dado que tuvo que encargarse de los niños terminaron por despedirlo por llegar tantas veces tarde al trabajo y todo empeoro ya que su madre le dió un infarto al ver en la situación en la que se encontraba su único hijo. — ¿Jardinero? Creo que tengo trabajo para usted — anoté la dirección de mi casa — estamos queriendo hacer un huerto y también un pequeño jardín ya que tenemos una pequeña niña que probablemente se distraiga en esto, además hay una propiedad que mi esposo me dió en la que está rodeada de alcatraces y en caso de que no tenga problemas con irse a vivir a esa casa pues el trabajo es suyo. — Tamb
Nos fuimos al hospital en el que tenían a mi nuevo jardinero y decidimos trasladar a la señora al sitio donde había dado a luz, ella iba a estar bien cuidada ahí y con un mejor tratamiento. Le pedí a Jesse que me llevará al supermercado para hacer unas cuántas compras y prometió llevarme después que dejáramos a las personas en sus respectivas casas.— Nana, quería saber si se puede quedar en casa un momento — Jesse miró a través del espejo retrovisor — en lo que llevó a Alexa al supermercado, obviamente se le va a pagar por esto y no será de gratis además sirve para saludar a mi papá.— Claro hijo, llevó muchos años que no he visto al señor Lennox en persona y sería bueno ponernos al día; también para acostar a la bebé ya que esta pero bien dormida.Jesse fue a dejar a la nana Eveline a casa y ahí se reencontró con el señor Lennox quien se veía sumamente contento con ver a aquella mujer que lo apoyó cuando se fue su esposa. Llegamos al supermercado y tomé un carrito de los más grandes
Las cosas comenzaron a mejorar un poco en la vida de la nana Eveline, su nieto y el señor que era jardinero. La casa ahora tenía un poco más de vida ya que los dos primeros mencionados se habían mudado con nosotros ya que la casa que alquilaban era bastante austera e incluso carecía de algunas cosas que se necesitaban, siendo calefacción una de ellas.— Nana Eveline — tomé mi bolso — ya nos vamos a comprar las semillas, cualquier cosa nos llama al celular; la leche de Lena se encuentra en el mismo sitio de siempre y ya sabe la forma en la que se la debe de dar, procuraremos no tardar.— Si hija, no te preocupes que vamos a estar bien — tomó una bufanda y me la puso — ve con tu marido que ya te está esperando, no tarda en tocar la…La bocina sonó y nosotras sonreímos, me fui con Jesse ya que sabía bien que iba a seguir haciendo eso y Lena dormía con tranquilidad, su sueño que se iba a ir al demonio cuando escuchara a su padre tocar de esa forma. Nos fuimos rumbo a un vivero en el que t
Hicimos el huerto y por un extraño motivo tuve un antojo peculiar, la tierra de repente se me hacía deliciosa y aunque no era la que venía abonada quería comerla. — Alexa — Jesse me miró fijamente — ¿Qué sucede? Parece que has ido a un viaje cósmico o algo por el estilo, si te encuentras cansada ve a sentarte y yo acabo esto. — No estoy cansada pero creo que te voy a tomar la palabra — me levanté y sacudí mis manos — iré preparando la cena con la nana Eveline. Me fui a la cocina ya que no quería que me vieran como una loca con antojos de tierra. La señora Eveline preparaba gumbo y sin querer terminé babeando debido al olor que salía de la enorme olla, le ayudé en lo que me dejó y después nos sentamos a comer. — Por cierto — miré a Jesse — hay algo que quiero hacer… De repente me sentí mareada y me aferré a la mesa, Jesse en cuestión de segundos se puso delante de mí y tocó mis manos. — Pero por Dios, estás más helada que un muerto — él me cargó entre sus brazos — te voy a llevar
Solté a Jesse y él respiró aliviado por esto, empecé a llorar entonces supe que la montaña rusa de emociones iba a regresar a mi vida. Mi esposo me abrazó y acarició mi espalda, me sentí apoyada en él y esto fue suficiente para que mi llanto se calmará. — Lamento por ser tan irracional, voy a tratar de calmar mis hormonas en este embarazo para no comportarme como si fuera una niña — besé las manos de Jesse — no me encontraba preparada para salir embarazada tan pronto, aunque a pesar de esto me siento feliz que nuestra hija va a tener un hermano o hermana. — Espero que sea hermano, así le enseñó a disparar y a mantener alejados a los pretendientes de nuestra hija — Jesse sonrió macabramente — no pienso permitir que ella se casé hasta que tenga 60 años como mínimo, tendrá que ser un hombre que le dé el nivel de vida que mi pequeña se merece. — Espero que Dios me presté vida para poder impedir tal cosa, además no se sabe si va a ser niña en vez de niño, te va a tocar “proteger” a dos