“La clave de una buena relación entre tu gato y tú, es la paciencia”
Estaba sorprendido cuando Vans lo había llamado y le había dicho que deseaba hablar con él, se sintió tal nervio como si fuese su primera entrevista de trabajo, Roger le pasaba ropa para que se cambie y él la desechaba:
—¿Qué debo decir?
—Sí, a todo…—le daba una chaqueta.
—¿Crees que pueda retomar mi vida?
—No lo sé, pero al menos te dan una oportunidad.
Fue a la entrevista y estaba tenso, sentía que volvía después de muchos años y fue recibido por Vans y un abogado.
—Brian, es bueno verte—estrechó su mano con firmeza y lealtad—te presento al abogado de Cats y Dog.
—Señor Rosenberg—le dio la mano.
—Esta es una oportunidad de oro…
El abogado entró en materia:
—El señor Puchi, Cats y Dog, desea considerar la propuesta del CEO Rosenberg para hacer negocios.
Vans sonrió esperanzado…
—Lo único que pide es que conserve al gato y le dé una vida digna y feliz.
¡Recontra ups! Intentó digerir este pedido y preguntó:
—¿Quiere que conserve al gato?
—Así es, entonces en seis meses el contrato será de Vans y asociados.
Vans entonces dijo entusiasmado:
—¡Trato hecho!
—Esperen es que yo…
—Brian, es la oportunidad de volver y de tener una buena comisión—dijo Vans entre dientes.
—Es la única condición del señor Cats y Dog.
—Y la tomamos—estrechó la mano del abogado—¿no es así Brian?
—Claro…
Cuando se firmó el acuerdo, Vans le preguntó:
—¿Dónde está el gatito?
—No lo sé, supongo que en un refugio.
—Pues busca al gatito, trata bien al gato y sé feliz.
Brian odiaba a ese pinche gato, pues representaba su estúpida burbuja de aire en la que vivió por meses junto a Kelly.
Buscando al gato
Lo primero que hizo fue pedir información sobre el mentado gato, llamó a los refugios y se enteró de que una joven tenía la custodia. Roger entusiasmado lo llevó hacia la dirección y era un spa para mascotas:
—Buen lugar…
—Espero que me devuelva al gato.
Abigail tenía a Mister Fritz en el mostrador mientras ella atendía a un cliente peludo al cual cepillaba esmeradamente:
—Vas a quedar muy guapo Flopy.
Entonces una de sus compañeras se le acercó emocionada:
—Te buscan dos hombres guapos.
Ella salió intrigada y reconoció al tipo del video y al otro, ni idea:
—Quiere hablar conmigo.
—Usted es la loca...
—Brian, es el dueño del gato, de Míster Fritz.
La joven se cruzó de brazos y lo miró como si fuese un bicho y de los feos:
—¿Y qué quiere?
—Que me devuelvas a mi gato—dijo entre dientes—pague la multa y ahora quiero al mal…
—Queremos al gatito.
Abigail se acomodó el cabello detrás de la oreja y entonces le preguntó:
—¿Qué piensa hacer con él?
—Es mi gato, eso es problema mío.
Ella se le rio y entonces le dijo:
—No confío en usted, señor.
—Rosenberg.
—Rosenberg, creo ¿por qué desea ahora al gato que casi extermina?
Brian se señaló y con autoridad y dijo muy seguro:
—Porque soy el dueño del gato.
—¿Qué garantías me da de que tratará bien a Míster Fritz?
Eso era el colmo, estaba negociando la tenencia de un gato, ¡por el amor de Dios!
—Escucha…—le habló como a niña pequeña—es mi gato, tuve un mal día y eso fue todo.
—¿Entonces cuando tenga otro mal día lo mata?
—Sí…
—No—dijo Roger—escuche, ¿hay algún impedimento para que le devuelva su gato?
—Que no confío en sus intenciones, ¿acaso no le interesa tener el gato después de ese reto que le pusieron?
—Escucha…
—Abigail Lane.
—Sí, Abigail es mi gato, me lo debes de devolver y punto.
Abigail no se iba a amilanar con ese sujeto y le dijo:
—Te devuelvo al gato, solo si me permites supervisar que su estado es bueno.
Brian se pasó una mano por la cara y le dijo:
—¿Supervisarme a mí?
—Sí, señor, a usted, solo así le daré a Míster Fritz.
Brian se rio irónico, no podía creerlo, todo por un gato… Cielos y le dijo:
—Llamaré a la policía si no me das al gato.
—Llámela a ver a quién le dan al gato.
Roger lo jaló a un lado y entonces le dijo:
—Brian, tú eres un hombre de negocios, no debes perder la visión, si ella quiere supervisar al maldito gato solo dale lo que quiere.
—Odio a esa loca…
—Dale lo que quiere, ella quiere ver al gato, solo se lo muestras y ya.
Brian se pasó una mano por la cabeza y se acercó con una falsa sonrisa y le dijo a la chica:
—Está bien, acepto que veas al gato… No todos los días, solo una vez por semana.
—Bien, si veo que el gato es maltratado o le falta algo se lo quito.
—¡Te vas a quedar con las ganas, bruja!—dijo con satisfacción.
Roger lo jaló de allí y le dijo a su amigo:
—Ya párale, ganaste…
—He vuelto, he vuelto—se sobaba el pecho.
—Así es amigo…
Abigail dudó en darle el gato, pero no quería problemas y cuando lo llevó a dárselo le dijo:
—Es un buen gato, le gusta que lo cepillen y la comida en lata es su preferida.
—Claro, claro…—recibía la jaula con el gato—estará bien.
—Dirección y número telefónico, señor.
¡Rayos! Tuvo que dárselo y ella le dijo:
—Mañana le haré la primera visita para ver cómo le va…
—Me va a ir bien…
—Al gato, no usted.
Chica presumida, altanera, Roger lo jaló de allí y salieron a celebrar:
—¡Tienes al gato!
—¡Tengo al maldito gato!
—Ahora que el gato sobreviva… Debes cuidarlo.
—Claro, será pan comido.
Cuando llegó a casa dejó la jaula en la sala y se fue a duchar, salió renovado y en short se fue a preparar algo de comer, no tenía mucho apetito, es más, no recordaba cuando comió una cena decente y de repente:
—Meow…
¿Me qué?
—¡Meow!
¡El gato! Miró la jaula con aversión, quería salir de ella y él no deseaba verlo reptando por todos lados; sin embargo, no podía dejarlo allí:
—Ok… Solo te abro aquí y te sales.
El gato salió a los pocos segundos y se estiró y miró a todos lados, como si reconociera el lugar, entonces saltó a uno de los muebles y se acurrucó:
—Es mi mueble—dijo Brian molesto.
Míster Fritz lo miró como diciendo: “Ahora es mío”, eso lo vio como una altanería y le dijo:
—Escucha, tú no me agradas y yo no te agrado y si te portas bien como un buen gato, te daré de comer.
Comenzó a lamerse sin tomarlo en cuenta:
—¡Oh rayos! Eres como hablar con una pared.
Se fue a comer a la cocina y sacó unos jamones para prepararse y los dejó sobre el mesón, fue a buscar con qué acompañar la comida y al voltear, el gato se llevaba el jamón.
—¡Maldito gato deja eso!
Lo siguió y el gato corría con el jamón en la boca intentando degustarlo y entonces lo hizo, se lo comió delante de sus ojos negros.
—¡Mi jamón!
“Estaba bueno, aunque agitado”. Se cogió la cara, tenía que hacer algo, ese gato era el mismo enemigo en su casa.
—Si te veo en la cocina te mato.
Entró a buscar entre las cosas que tenía ver qué había y encontró una lasaña de no sabía de cuántos días…
—Se ve bien, la caliento y ya…—la colocó en el microondas y esperó a que estuviera en su punto—se supone que debería estar comiendo comida casera y ahora…
Recordar a Kelly le hizo un nudo en el alma y se sintió peor, la lasaña humeaba y él sin apetito para comerla, se metió una cucharada a la fuerza y luego otra… Sabía raro, pero necesitaba que algo le cayera al estómago. Cuando miró a la entrada de la cocina, el gato lo miraba:
—¿Quieres?
“Ni loco eso está pasado”.
—Más para mí…
Se comió todo y fue a revisar unos documentos cuando sintió un tirón en el estómago y corrió al baño a vomitar… Comenzó en ese momento su noche del terror: Vomitaba e iba al baño, no podía creerlo, era una locura, ese gato le había pasado una peste o algo por el estilo, su estómago se vaciaba a cada momento, estaba vomitando hasta el alma y no paraba y el gato lo miraba apacible… Estaba velando su muerte, ese gato quería verlo agonizar…
—¡Ayuda!—marcó a Roger—Roger… Roger el gato… El gato…
Escuchó la voz exaltada de su amigo:
—¿Qué le hiciste al gato?
—Me mató…
Roger fue a verlo y lo encontró en tan mal estado que lo llevó a un hospital y le dijeron que se había intoxicado; sin embargo, Brian seguía repitiendo: fue el gato, fue el gato.
Lo llevó de regreso a casa y a rastras se recostó en la cama, Roger estaba preocupado por él:
—Es una mala idea dejarte solo en estos momentos.
Lo veía tirado boca abajo noqueado por lo pasado y el gato entró en la habitación y se subió a la cama, como Brian no se movía no le molestaría tener al gato cerca de él.
No podía creer cómo la vida de una persona pudiera cambiar de arcoíris a película de terror, pero allí tenía la evidencia de que las cosas cuando se te salen de las manos lo hacen a lo grande.
Tú me llamas loca porque tengo muchos gatos. Yo te digo loco porque no tienes ninguno.¡Qué noche! Cielos esas palabras hubiera dicho en otros tiempos después de una buena zamarreada con una mujer, pero sentía su estómago raro y la cabeza le dolía, se sentía un guiñapo de la vida y cuando se dio la vuelta, el gato lo miraba recostado en la almohada de junto:—¡Ah!—grito.Roger entró y lo vio arrinconado y al gato mirándolo apacible:—El gato…—Ya despertaste, ¿cómo te sientes?—Raro—se cogió la cara—¿qué pasó?—Te intoxicaste, comiendo algo…—Fue el gato, me trajo una maldición druida… Y me enfermó.—Brian—lo sacudió—te intoxicaste por comer algo en mal estado, solo eso.Nadie le sacaría de su cabeza que el gato lo había maleado. Roger se fue dejándole miles de recomendaciones sobre su salud y le recalcó:—Por favor, cuida del gato.Cuando su jefe lo citó en la oficina no esperó que todos sus compañeros estuvieran alerta de su llegada, es más, algunos apostaban que no aceptaría nada q
“Los gatos primero te roban el corazón, luego la cama, el sofá, la comida…”Empacaba las pocas cosas que quedaban y dejaba allí los obsequios y detalles que un día le hiciera Kelly y su mejor amigo, entonces se dio cuenta de que estaba empezando a dejar, aunque sentía que era muy pronto todo esto, vio el obsequio que tenía para Kelly que consistía en un bello reloj Cartier, se lo daría en la noche de bodas y sería romántico, estaba muy deprimido.Míster Fritz saltaba de caja en caja hasta que encontró una abierta y se metió, entonces el cargador le preguntó:—¿Cuáles cajas llevo?—Esas de allí y esas de allá, estas otras se quedan.Miró, el lugar que por unos años fue su casa y suspiró, adiós, casa, recuerdos y todo…Salió junto con las últimas cajas y cuando la puerta se cerró, Míster Fritz alzó la cabeza de dentro de la caja en la que estaba recostado y solo escuchó el silencio.Ahora tenía un nuevo departamento al que le sacaría el jugo y se divertirían invitando zorras para el est
“A todos los gatos les gusta ser el centro de atención”Peter GrayTenía que cobrárselas al gato, después de todo desde que lo tenía era el único ser con vida que había en su entorno y de cierta forma verlo saltar de aquí y allá no lo hacía sentirse solo.Buscó en la red información de cómo jugar con un gato:—Un gato reduce el estrés.Miró al felino que saltaba a una caja y comenzaba a clavarle sus garras:—No me has ayudado mucho con eso del estrés loco.“Tú no te ayudas men, esta caja es de lujo”.—Dormir contigo, nunca…—murmuró.“Se me pegarían tus pulgas men”.—Regaños, eso me gusta—buscó en el sitio—dice que debo tomarte del cuello y estrangularte… Eso puedo hacer.Míster Fritz lo miró y vio sus pies descalzos, sus dedos se movían y él se puso en posición de casa y se lanzó a ellos y los comenzó a arañar.—Ayayay…Lo tomó del cuello y le zarandeó suave y le dijo NO, eso NO.“Paz, men, pies, no”.Se fue corriendo a subirse a su hamaca.—Funcionó…—sonrió triunfal—¡Funcionó!Se sin
“Perder a un gato, es como perder a un ángel de la guardia”La PlumaKelly estaba tensa, no esperó ese mensaje, comía junto a su esposo en un restaurante y este le dijo:—Buscaré trabajo aquí, para poder seguir adelante.—Tranquilo no es de apuro, podemos volver después de todo tu padre tiene dinero, nos apoyará.—¿Volver?—Claro, volver, en New York está nuestra vida y mundo.—Y está Brian…Ella lo miró y le preguntó:—¿Eso qué tiene que ver?—Me parece que es abrir la herida para él.Ella se pasó una mano por su cabello dorado y le dijo:—Algún día tendrá que crecer, eres un CEO allá.—Es cierto, lo era; sin embargo, lo que pasó no me dejó en buenos términos.Ella entonces tomando su copa le dijo:—Puedes retomar tu vida.—No lo sé, prefiero evitar un tiempo ir hacia allá.Ella quedó pensativa y esa noche recibió otro mensaje de Patrick:“Le apostaste al caballo equivocado, Nena, Clark Burns está frito, su padre se acaba de declarar en banca rota y tu hombrecito no tiene un duro, Ro
“A todos los gatos les gusta ser centro de atención”. Peter Gray Kelly arrastraba su maleta en el aeropuerto, sus padres la esperaban y al verlos ella se puso a llorar: —¡Mamá! ¡Papá! ¡Me equivoqué! —Hija, no debiste dejar a Brian—decía su madre. —Pensé que la familia Burns, tenía dinero. —Lo perdieron todo… —Tengo un plan, necesitaré tus contactos papi. Su padre acarició su rostro hermoso y le dijo: —Todo lo que mi precioso tesoro necesite. La campaña en redes sociales Kelly movió sus contactos en medios para remover el asunto del gato, había gente que reclamaba por el maltrato animal, además que decían que era atroz que el CEO maltratador siguiera con el gato por dinero, ponían en duda sus intenciones con el gato y la adjudicaban todo al dinero. Brian ignoraba todo esto, es más no se esperaba esa arremetida, llegó al trabajo y vio que muchos lo miraban con recelo, ese mal clima de nuevo, entonces se acercó donde la recepcionista y le preguntó: —¿Alguna llamada? —No, señ
“El gato es el único animal que ha logrado domesticar al hombre” Abigail miraba con atención todo ese ataque y no le pareció justo; Brian había pasado por muchas cosas y ahora lo atormentaban con esas tonterías, entonces lo fue a buscar, le llevaba un obsequio al gato y tenía una idea en mente. Cuando Brian abrió la puerta preguntó: —¿Vienes en son de paz? —Vamos, sé que está siendo duro todo; sin embargo, tengo una idea. No tenía claro ya nada, todos los Ceos estaban tras el contrato de Cats y Dogs, querían que le quitaran al gato, había uno que filmaba como tenía a su gato y ese gato vivía como un príncipe, todos eran extravagantes en sus post. —Tengo una idea, si ellos pueden tú también puedes. —¿Insultarlos? —Mostrar cómo eres con Míster Fritz. No entendió hasta que el gato le saltó encima y ella sacó su móvil y le tomó una foto. —Voy a crearte un blog de tu experiencia con Míster Fritz, se llamará Míster Fritz, el gato del CEO. Él sonrió, por fin, una buena idea, ni a s
“El gato está por encima de todas las cosas” Margaret Benson Nunca esperó verla, no al menos en tan poco tiempo, lucía como una diosa, y se veía demasiado bien y solo pudo decirle con ironía en la voz: —El matrimonio te sentó de maravilla. Ella se cogió el cabello y le dijo: —Brian, lo siento tanto. Era impresionante, la tenía frente a él y no sabía si estrangularla o patearla, tal vez las dos cosas… —¿Qué sientes? ¿Haberme dejado como un imbécil parado en el altar? ¿Haberte ido con el que hasta ese momento fue mi mejor amigo? Ella viró el pie como una niña que recibía un regaño feo: —Siento todo lo que te hice, no tengo excusa, debí detenerme y no lo hice, soy una mala mujer. —De eso no cabe duda, eres de lo peor. —Honey, creí que podía con todo esto, cuando me di cuenta ya estaba enamorada de Clark… Él le hizo una seña de que se callara, no soportaba escuchar su voz, ahora entendía a Ulises con el canto de las sirenas. —Vete, Kelly, vete… Por tu bien vete. Entonces ell
Los gatos tienen una absoluta honestidad emocional; los seres humanos, por una razón u otra, pueden ocultar sus sentimientos, pero el gato no. (Ernest Hemingway) Su abogado le decía que todo iba a estar bien, pero su corazón repiqueteaba de los nervios, nada le había salido bien en meses y ahora podía perder al gato… Abigail fue como su testigo y Roger, cuando vio a Kelly en la audiencia con ropa cerrada, gafas oscuras y el cabello en colita, se dio cuenta de que iba solo a dar pena, su abogado y el padre la acompañaba. El juez entró y silencio absoluto y cuando comenzó a analizar el caso: —El caso del Gato del Ceo. Ahora Míster Fritz era un caso, le dio tristeza aquello. —Señorita Roberts —Señora… Me casé con el señor Burns —Entonces señora Burns, usted reclama la custodia de un gato, ¿es eso cierto? —Sí, señoría. —El señor Rosenberg, actual poseedor del gato, le niega devolvérselo. —Exacto, señoría. El hombre veía la información y comentó: —El señor Rosenberg aduce que