"Una de estas noches Yo voy a raptarte voy a seducirte Voy a rincornarte Como una gatita llegare De un salto a tu balcon y con mis caricias la veras Que te hago ronronear quieras o no quieras Tu seras mi gato malandrãn" Canción El gato y yo, Amanda Miguel.
“El gato está por encima de todas las cosas” Margaret Benson Nunca esperó verla, no al menos en tan poco tiempo, lucía como una diosa, y se veía demasiado bien y solo pudo decirle con ironía en la voz: —El matrimonio te sentó de maravilla. Ella se cogió el cabello y le dijo: —Brian, lo siento tanto. Era impresionante, la tenía frente a él y no sabía si estrangularla o patearla, tal vez las dos cosas… —¿Qué sientes? ¿Haberme dejado como un imbécil parado en el altar? ¿Haberte ido con el que hasta ese momento fue mi mejor amigo? Ella viró el pie como una niña que recibía un regaño feo: —Siento todo lo que te hice, no tengo excusa, debí detenerme y no lo hice, soy una mala mujer. —De eso no cabe duda, eres de lo peor. —Honey, creí que podía con todo esto, cuando me di cuenta ya estaba enamorada de Clark… Él le hizo una seña de que se callara, no soportaba escuchar su voz, ahora entendía a Ulises con el canto de las sirenas. —Vete, Kelly, vete… Por tu bien vete. Entonces ell
Los gatos tienen una absoluta honestidad emocional; los seres humanos, por una razón u otra, pueden ocultar sus sentimientos, pero el gato no. (Ernest Hemingway) Su abogado le decía que todo iba a estar bien, pero su corazón repiqueteaba de los nervios, nada le había salido bien en meses y ahora podía perder al gato… Abigail fue como su testigo y Roger, cuando vio a Kelly en la audiencia con ropa cerrada, gafas oscuras y el cabello en colita, se dio cuenta de que iba solo a dar pena, su abogado y el padre la acompañaba. El juez entró y silencio absoluto y cuando comenzó a analizar el caso: —El caso del Gato del Ceo. Ahora Míster Fritz era un caso, le dio tristeza aquello. —Señorita Roberts —Señora… Me casé con el señor Burns —Entonces señora Burns, usted reclama la custodia de un gato, ¿es eso cierto? —Sí, señoría. —El señor Rosenberg, actual poseedor del gato, le niega devolvérselo. —Exacto, señoría. El hombre veía la información y comentó: —El señor Rosenberg aduce que
“¿Cuántas vidas tiene un gato? Las que le des en tu corazón” La Pluma Kelly no dejaba de pensar en Brian y en que todo le estaba saliendo bien a él y a ella nada y hasta nueva novia tenía, estaba de plácemes y tenía que hacer algo para terminar con ese maldito gato y quitarle la racha en la que iba, pero no sabía cómo acercarse a él, nunca la dejarían ver al gato. Entonces comenzó a mirar las redes sociales y el blog de Brian, en donde apuntaba a una causa social con los animales. De seguro quería impactar al viejo Cats y Dogs haciéndose el chico altruista, en su sitio hacía un llamado para donaciones de alimentos para gatos para la fundación Cachorritos. Una luz se prendió en su cabeza: ¡Bingo! ¡Alimentos! Míster Fritz debía comer y esa era una forma para acercarse a él. Tenía que servir esa idea y hacer algo con eso. Todo por la causa Brian recibía unas fundas de alimento para gatos que la gente le entregaba y Abigail le decía: —Mucha gente se mueve a favor de la causa de la f
“No sé bien cuál es la leyPor la que la casualidadNos metió a los dos en laMisma redAunque no seamos tal paraCual. Hoy por hoyNo sé ni quien soyHasta para respirarMe haces faltaEstoy fatal” Gatos en el balcón, Fey No podía concebir que alguien lastimara a un animalito por mucho que este no le gustara, algo no caminaba en ese asunto, estaba en el veterinario y vio como a Míster Fritz le sacaban el suero que le ponían. El doctor le explicó entonces: —Hay que cuidar bastante el hígado del animalito, un suero de vitamina una vez por semana y los medicamentos que le envié y se pondrá bien, ahora su dieta… Le cambiaron la dieta a una más adecuada para gatos con problema de hígado, entonces lo llevó a casas y lo recostó en su camita: —Todo va a salir bien, loco. “Sobreviviré, men, tengo seis vidas todavía”. Se durmió al poco rato, su equipo se había llevado las latas y la comida y la habían hecho analizar por si estaba envenenada, en redes todos preguntaban por el gatito y é
“El más pequeño de los gatitos, es una verdadera obra de arte y como tal, hay que cuidarlos” Abigail ahora dormía allí algunas veces y Míster Fritz tenía compañía con Ash, ese fue el nombre que se escogió en redes y hacían todo un alboroto el departamento, persiguiéndose mutuamente. “Vuelve acá oscuridad” “Atrápame si puedes, viejo” Los cojines que adornaban el departamento estaban en el piso y Brian al salir vio todo el relajo: —Son solo dos gatos y parece que hubiese cien… Abigail salió con una taza de chocolate y miró todo: —Es normal, así es cuando se tiene mascotas. Ash tiró un jarrón: —¡Ese jarrón me lo dio mi madre! —Cálmate, Ash no seas malcriado. “Si él puede tirar algo, yo también” Míster Fritz tiró un portarretrato de Brian al suelo: —¿Tú también? “Oye men, cuidado con el colerín” —Escucha me piden presentar a un gato vivo, pero puedo presentar a un garo disecado. La joven comenzó a limpiar y le dijo: —Ellos son como niños, les encanta jugar y no se miden.
“A los gatos no les gustan mucho los cambios, especialmente si no han sido decididos por ellos” Roger A. Caras Brian estaba de pie mirando la calle sin dar crédito de lo que le habían dicho, por más disculpas que le diera el dueño de la veterinaria, lo cierto es que ya no tenía a Míster Fritz. Abigail esperaba que él fuese por ella y miró la hora, no aparecía, temió un retraso mayor y entonces lo llamó y estaba el número ocupado, llamó a Tania que le contestó: —Hola, Tania, esperaba que Brian me recogiera y no ha llegado. —Pasó algo… —¿Qué pasó? La joven llorando le dijo: —Se robaron a Míster Fritz. —¡Qué! —Sí, Brian está destrozado, ven pronto. Ella tomó un taxi y se apersonó en el departamento y al llegar vio al equipo de Brian con carteles con la imagen de Míster Fritz. —Tenemos que encontrarlo. —La presentación es mañana…—dijo un chico. —Al diablo la presentación, tenemos que hallarlo—dijo fuera de sí. Abigail tomó una de las volantes y vio que ofrecía una recompensa
“Todo lo que necesitas es amor y un gato” Anónimo Kelly llegó pasada la media noche al departamento, estaba un poco bebida y se encontró con Clark dando vueltas por la sala. —Querido… Somos ricos. Clark tenía las manos en los bolsillos y se mantenía en silencio y cabizbajo: —¿Escuchaste lo que dije? Entonces rompió el silencio y le dijo a su esposa. —Tenemos que hablar. Ella se le acercó coqueta y lo rodeó con sus brazos y le dijo contenta: —Nuestros problemas se han acabado, amor, seremos ricos, el gato vale medio millón de dólares, ¿puedes considerarlo? Dan una recompensa de MEDIO MILLÓN DE DÓLARES. Eso era mucho dinero. Él la apartó suavemente y ella miró en torno: —¿Y el gato? —Sobre eso quería hablarte. —¿Qué pasó? Entonces soltó lo que sabía: —El gato se escapó. —¡QUÉ! —Se escapó… Lo perseguí por la calle… y… Ella se llevó las manos a la cara aterrada: —¿Un carro lo mató? Clark entonces se encontró diciendo: —Sí, lo siento. Ella cayó sentada en el piso y lo
Como todo dueño de un gato sabe, nadie es dueño de un gato. (Ellen Perry Berkeley) Brian se mira ante el espejo, no le gustaba lo que pensaba hace, pero si quería saber algo de su gato se tenía que entrar en el terreno salvaje de la fashion, mundo en donde personas como Kelly Roberts y hasta hace poco tiempo él. No podía creer que de un CEO ganador haya pasado a un CEO sin trabajo, sin corona y éxito y todo por culpa de… Kelly Roberts, sí, para sorpresa de todos, Brian se había dado cuenta de que la verdadera causante de sus males era esa bruja de pechos grandes y cuerpo perfecto, que lucía espectacular en ropa interior… Con una sonrisa perfecta, demasiado, ahora se daba cuenta de eso y que solo le salían lágrimas cuando no le salía el contrato de algún desfile. Ella que lo hechizo, porque esas mujeres hechizaban, no enamoraban, era la que un día quiso llevar al altar y darle la boda de los sueños en New York, para plantarlo en pleno altar e irse con su amigo, esa tipa se la debía y