Arya no podía creer lo que oía de los labios de Ayden. Su madrastra había abusado de él por un largo tiempo sin que su padre siquiera se diera cuenta de lo que sucedía bajo sus narices. Ella se siente impotente por él. Le duele que un niño haya tenido que pasar por eso.Sin embargo, las preguntas cruzan por su mente… ¿Cómo logró someterlo cuando fue adolescente?, ¿su madrastra le habrá hecho lo mismo a Mark?Su corazón se conmueve por ambos.Ayden le relata como es que comenzaron las cosas. Nota mental, ahora siente desconfianza de dejar a su hijo con cualquiera.—¿Intentaste decírselo a tu padre? —pregunta ella mientras lo toma de las manos.Ambos yacen sentados sobre la cama. La líbido se ha ido por la ventana y ahora solo quedan las confesiones.—Sí, cuando recién comenzó… que
Ayden había decidido ignorar completamente a su hermano. No quería gastar sus energías en andar rogándole para que se uniera a su cruzada de mantenerlos a todos a salvo. Mark siempre fue un maldito con él.No había querido contarle nada a Arya sobre lo que pasó entre ambos cuando eran niños. Ya suficientes traumas tenía con lo que había pasado con su madrastra y le pesaba que Arya se hiciera un pésimo concepto de Mark por ello.En muchas ocasiones él le había pedido que se mantuviera alejada de Mark, pero era casi imposible. Ella le había tomado una especie de cariño que él no lograba comprender, respetaba eso hasta cierto punto, porque sabía que su medio hermano había sido mal influenciado por su difunta madre. Se sentía con paz mientras no intimaran demasiado, o mejor dicho, más de lo normal.Arya y Robín se h
Arya terminó su turno junto a Robín y ambos fueron trasladados a casa de Ayden inmediatamente. Arya quería llegar dónde su pequeño, lo extrañaba. Su guardaespaldas, Harry Staton, iba delante del todoterreno y de conductor iba otro de los guardaespaldas.—Harry, vamos a la panadería que está cerca de la casa de Ayden —pide Arya.—Señora, el señor Emory, ha pedido explícitamente que la llevemos directo a la compañía —anuncia Harry.—¿Qué? Él no me ha dicho nada —refiere ella molesta porque él no le dijo directamente y revisa el teléfono para comprobar que no le haya llamado o dejado un mensaje.Harry no responde nada, no quiere meterse en problemas y ella se da cuenta de que, efectivamente, Ayden no le dijo nada.—Tendré que llamar a Olivia.Arya saca su teléfono y
Cuando Arya subió al todoterreno inmediatamente Robín comenzó a interrogarla.—¿Ya me dirás que pasó?, ¿o me seguirás manteniendo en ascuas? —inquiere con ansiedad su amigo.—En la casa te digo —advierte Arya señalando a los guardaespaldas. Ella no sabe que tanto saben o no saben ellos.La idea de que alguien la está siguiendo es escalofriante.Si bien, Ayden dice que Jeff no es el culpable, ella no puede pensar en nadie más que no sea él. Tampoco quiere hacerse ideas en la cabeza, pero a su vez no quiere vivir preocupada, suponiendo en sí es o no su hermano.—Harry, llévanos a Rikers —informa Arya a su guardaespaldas.—¡¿A Rikers?! —inquiere Robín asustado.—Tengo que informarle al señor Emory antes —dice Harry
—De acuerdo, yo te haré saber todo lo que sepa —dice Jeff por su honor.—Gracias, tenemos que irnos —se pone de pie y Robín la sigue.—¿Quién eres? —pregunta Jeff con curiosidad al mirar al amigo de su hermana.Puede notar el temor en su mirada y en su semblante.—Es mi amigo, es como otro hermano para mi Jeff —revela Arya y aunque Robín siente orgullo en esas palabras, Jeff entiende que él no fue un mejor hermano para ella—. Es mi colega, Robín Evans.—Mucho gusto, Jeff —saluda Robín, no olvidando la cortesía.—El gusto es mío, me alegra saber que mi hermanita tiene a alguien que cuide de ella afuera. Ella solía ser muy ingenua, por lo que he visto eso ha quedado en el pasado —explica Jeff reconociendo las agallas que tiene su hermana últimamente.No es la misma que é
Ayden sabía que Arya tenía razón sobre pedir ayuda a su hermano. Lo que no le gustaba es que ella se expusiera de tal forma que la ponía en peligro.Eso era algo que ella no media, él no entendía el porqué.—Entiendo que has cuidado de ti sola, la gran parte de tu vida. Pero ya no estás sola, Arya. Estoy para ti, y aun si tuviera que poner un ejército completo a tu cuidado, lo haré —decreta Ayden sin preocuparse en que ella le dé la contraria—. Eres importante para mí, y si te quieres enojar, hazlo. No me sentiré mal por cuidarte.Arya siente en ese momento culpa. Ella es cierto que solo ha intentado ayudar, pero no midió el riesgo en ello. Lentamente, mueve la mano y toma la de Ayden sorprendiéndolo.—Perdón, prometo llamarte la próxima vez que venga —explica y, aun así, Ayden
Arya comienza a sentirse ansiosa, no puede entender por qué Robín no le contesta.—Llamen de nuevo a Henry —pide ella tomando su teléfono y remarcando a su amigo.Manda directo a buzón de voz.—Dime que el auto tiene localizador —digo a Ayden que está desesperado hablando con Henry.—Tiene, pero este permanece desactivado desde que salió de Rikers, el último punto es cuando llegó a Nueva York —aclara John.Los minutos se hacen horas, y las horas, parecen eternas.El detective Robín ya había llegado y se estaba levantando un reporte general para todos. Los entrevistó a todos, pero principalmente a Arya.—¿Por qué fue a Rikers? —inquiere molesto—. Le dije que debía mantener la calma y tomar precauciones. Ir a Rikers es ir a exponerse solamente.—Lo siento, yo quería hablar con mi hermano, quería asegurarme de que él no fuera el responsable —advierte ella sintiéndose culpable.—Ya cariño, no te agobies… esperemos que Robín aparezca pronto —declara Ayden y quiero creerle.Camino de vuelta
Al llegar la noche, Arya vuelve a la recámara de Ayden. Se regaña mentalmente por esa situación. No quiere estar ahí, no quiere provocarlo y que todo se derrumbe. Pero a la vez, no quiere alejarse. Lo necesita. Tanto como el calor al fuego. —¿Crees que Robín esté tan bien como dice? —inquiere Ayden tomando su pijama. —No lo sé, pero quiero suponer que así es —responde ella. Sentándose en la orilla de la cama—. Este día ha sido todo un ir y venir. Solo quiero ducharme, acostarme y dormirme. Me mata el dolor de espalda. Ayden le regala una sonrisa que apenas le llega a los ojos y le cede el tiempo en el baño. —Pasa primero entonces, para que descanses —sugiere y ella se pone de pie inmediatamente. —Gracias —dice entrando a la ducha con tan solo una bata de baño en la mano. Arya se desviste con la puerta encerrada. Abre la regadera y la pone en agua caliente para luego entrar a ella. El agua cala su piel poco a poco enrojecida. Le es agradable, podría quedarse largo tiempo ahí. Tom