Gerard se dedica a contarle a detalle cosas de su nieto y Arya escucha atentamente. Entre todo destaca que así no lo ve, ya sea por qué Ayden está trabajando o porque está enfermo. Esto le molesta a Arya, pues le hubiera gustado que fuesen más unidos. Al final de cuentas, esa era una de las motivaciones de Gerard cuando pidió a Ayden que tuviera descendencia para poder heredar. La conversación fluye, pues ella quiere ponerse al día en todo lo concerniente a su hijo.
—Creo que ya hemos hablado suficiente de Aryehn —avisa Gerard cortando la charla de tajo. Arya se incomoda un poco, pero sonríe satisfecha, ahora se da cuenta de que su hijo es muy amado—. Me gustaría que me contaras sobre ti. ¿Qué has hecho estos años? Quiero oírte. —¿Yo? —inquiere con vergüenza.—Sí, cuéntame qué has hecho, alimenta la curiosidad de este viejo. Anda —insiste Gerard de buen ánimo.Arya se lo piensa un momento y luego ya sabe por dónde comenzar.—Luego de terminar las prácticas, pres—Yo voy a mi casa, John, informa Arya —notando que ha tomado la ruta a casa de Ayden.—No creo, tu casa aún no tiene instalado el sistema de seguridad, además Sebas ha dicho que Aryehn quiere verte —informa muy seguro de que con lo último que ha dicho ella accederá a ir a su casa.—¿Me estás manipulando con nuestro hijo? Porque eso parece —comenta ella con tono molesto, aunque no lo está.—No… yo no…—¡Es broma! —confiesa—. Quiero ver a mi hijo, necesito verlo, le he extrañado, pero también necesito llegar al departamento rápido. Mañana tengo cosas que hacer y debo ponerme de acuerdo con Robín.—¿Y por qué no le llamas?—No he oído por un teléfono, eso lo haré mañana —asegura, pero entonces Ayden saca del saco de su traje
El niño se quedó dormido en brazos de Arya, esa noche ella no tuvo que contarle un cuento, sino la historia de su vida. Ayden le había dicho que había lastimado a su mamá y que por eso ella se fue. Nunca le contó el porqué, el cómo ni el cuándo. Eso eran cosas que ellos como adultos solucionarían con el tiempo. —Debes descansar —comenta Ayden mirando que está incómoda—. Deja te ayudo a acomodarlo, además tienes que hablarle a Robín. —Es cierto… —ella se levanta de poco y sale de la cama mientras Ayden acomoda a su hijo y lo arropa. Arya camina hasta la salida y toma de su bolso el celular. Busca el número de Robín en el respaldo de su email y le llama. —Hey, ¿sigues vivo? —pregunta ella cuando descuelga. —¡Aún! ¿Vendrás a dormir hoy o ese millonario tuyo ya te secuestró? —inquiere riéndose. A lo lejos se escucha que ve alguna película. —Mañana te cuento, solo hablaba para avisarte que paso por ti a las nueve, ¿está bien? —explica ella.
El sueño les llega y los amantes quedan dormidos uno en el brazo del otro hasta que llega la mañana y Aryehn les despierta brincando sobre ellos en la cama.—¡Papi, mami! —grita el pequeño emocionado de verlos juntos.Ayden es el primero en abrir del todo los ojos.—¡Buen día mi campeón! —saluda y este se lanza a sus brazos.—¡Buenos días, mis chicos guapos! —saluda Arya efusiva.¡Tía Bea trajo pan cakes! —comenta sonriendo el pequeño y se acuesta entre los dos—. ¿Puedo comer tres?Ayden lo mira sabiendo que son muchos, está por negarse, pero Arya se adelanta.—Mejor, vamos a ver si la tía Bea trajo suficiente para todos. No quieres dejar a Sebas sin comer, ¿verdad?Aryehn niega con la cabeza y entiende la situación.—Está bien, mami, no quie
Arya llega al colegio de su hijo, tomándolo de la mano y con la chequera en el bolso. Se siente poderosa. Siente que finalmente es plena y feliz.Sus hombres saben que los ama, y están con ella. ¿Qué más puede pedir?Luego de pasar con la directora y ponerse al tanto con ella. La mujer no puede dejar de preguntarse por curiosidad por qué es que yo Arya no estaba con el niño. Incluso le preguntó si era su madrastra. ¡Ja, quisiera!Luego de eso se marcha a su departamento. Robín ya le espera con los últimos cotilleos del día.—¿Y me dirás por fin por qué tienes esa sonrisa en tu rostro? —pregunta risueño mientras se pone su calzado especial para las citas formales.La mayoría de las veces anda en tenis, gorra y pasa inadvertido, como cualquier joven. Él es un chico superdotado en cuanto a inteligencia, pero con mala
El doctor Evans para todos, Robín para Arya se acerca a decirles que su pequeño hijo ya está estable. Al solo oírlo, la doctora abraza de nuevo a Ayden y rompe a llorar. Siente que su alma vuelve a su cuerpo y que se va el temor.—En un momento van a poder pasar a verlo —asegura aún con su ropa de civil debajo de una bata quirúrgica improvisada.—¡Gracias, Robín! —expresa Arya y lo abraza efusivamente para después soltarlo—. Dijo la maestra de Aryehn que comió helado y estuvo corriendo después de eso.—Uf… justamente las recomendaciones que pediste que no hiciera —comenta él—. Creo que deben hablarlo con el colegio o ponerle un maestro sombra solo para que lo vigile.—Ya veremos —informa Ayden—. Es muy pronto para sacar conclusiones.—Lo siento, tienes razón —dice Robín
Todos los Emory, más los agregados que son Arya, Robín, Sebas y Bea, se sientan a la mesa. Es un hecho insólito si se puede decir.Aryehn comió un poco y después se quedó dormido en los brazos de Arya. Esta no quiso soltarlo ni un solo momento, para ella era sublime cada momento que pasaba con su hijo. Aunque le dolieran los brazos y la espalda por el peso, valía cada minuto.La conversación era algo trivial, hasta que Ayden recibió una llamada que lo alejó de la mesa.—No sabía que tu regreso había sido tan formal —desdeña Mark con molestia—. Mírate, toda una madre… solo ten cuidado de no parecer demasiado…—él hace una pausa como buscando la palabra correcta—, necesitada de dinero, ya sabes, la prensa puede hacer parecer que estás aquí solo por los millones de mi hermano.El silencio se hace pr
El beso se vuelve más profundo conforme avanzan, Ayden pasa sus manos por la espalda de Arya. Sabe que la desea, pero no sabe cómo manejar ese deseo. Siente que si le da rienda suelta no habrá vuelta atrás y no quiere mostrarse realmente como es. Teme hacer o decir algo que no deba.Arya, sin embargo, ha esperado por ese momento durante mucho tiempo. Lo quiere, lo desea. Tomándolo del rostro lo atrae hacia ella intentado que él la bese más, que bese su cuello y su cuerpo, pero entonces el timbre de una llamada les interrumpe.Ayden siente alivio, Arya molestia. Es claro que ella es siempre la primera que quiere más, y él, quien es reticente.Él se levanta y va a tomar la llamada, cuando se da cuenta de quien es, se nota que le desagrada, cuelga y vuelve su atención a Arya quien ya se está acomodando para dormir. Como cada noche, pone las almohadas en medio para que Ayden se sient
Cuatro años y medio antes—No quiero a nadie cerca de mi hijo —dice Ayden a su padre.—Si me hubieras hecho caso, nada de esto estuviera pasando —regaña Gerard a su hijo—. Si ahora estuvieran casados Arya y tú, ella quizás no se hubiera ido.—¡Pero entiende que no es tu decisión quien llega o se va de mi vida! —asevera con la mirada frustrada.Gerard lo había acorralado en un momento de debilidad.—Mi nieto necesita una madre, el calor de una mujer siempre es bueno para el hombre —resuelve en voz alta.Ayden, quien se vio afectado ya una vez por ese mantra de su padre, no quiere que le suceda lo mismo.—No me importa, lo que pienses, querías descendencia, ya la tienes —objeta Ayden Emory, el millonario que siendo incapaz de contradecir a su padre ha accedido a sus deseos.Gerard arre