La mujer espera ansiosa a mi respuesta, y yo estoy devanándome los secos por saber que decirle. ¿Quién soy? ¿Su novia? ¿La chica con que folla? ¿Una amiga con derecho a roce? ¿Quién coños soy? Ay maldita sea esta incertidumbre, la señora Harsh al comprenderme solo sonríe amablemente y me acaricia el brazo

– ¿no hay problema si lo espero aquí verdad? – niego con la cabeza porque las palabras todavía no me salen

– quiere…quiere café – la mujer asiente sonriente. Camino hasta la cafetera y la pongo en marcha, la señora Harsh toma asiento en la barra de desayuno y sigue con la sonrisa en el rostro, estoy pensando si todos en esta familia sin así de risueños, porque Harsh no es muy sonriente que digamos, y cuando logro sacarle una sonrisa me siento l