[Isabel]
— Buenos días Isabel — Me susurra Quentin al oído y yo volteo a verle de inmediato. Él me pega contra su cuerpo y comienza a besarme sin aviso previo.
El beso es sensual y muy lento, como si quisiera probar cada movimiento que le pudieran dar mis labios, yo me dejo llevar, sus labios sensuales son adictivos y en este momento me hacen sentir deseada y feliz después de todo lo que pasó hace meses atrás.
Nos separamos para tomar aire, él me sonríe y con una de sus manos acaricia mi rostro mientras me ve a los ojos.—Eres tan bella Isabel.— Dice bajito y yo no respondo pero con mi mirada digo todo.—Me encanta estar junto a ti, nunca quiero que te vayas, que discutamos.
Ahora soy yo quien se prende a sus labios y comienza a besarle con todo el deseo que traigo dentro, fuego en otras palabras uno que estuve acumulando durante meses. Quentin ha venido a
[Isabel]No puedo creer que Quentin y yo hayamos escogido la fecha para nuestra boda, será a principios del verano aún no sabemos donde pero sé que será en la playa al atardecer tal como se lo comenté el otro día.Ahora tengo mucho que planear, no sólo la pedida de mano que será justo este fin de semana, sino también cosas de mi pequeña empresa, unas que dejé abandonadas gracias al “accidente” como hemos decidido llamarlo y que ahora me ha impedido hacer lo que a mi me gusta que es cocinar.Tengo la esperanza que dentro de unos meses más ya pueda moverme más rápido y también pueda estar de pie unas cuantas horas para poder hacer los platillos estar ahí sin tener que sentarme cada diez minutos o perder el equilibrio por pisar mal. Así que hoy, iremos al doc
[Quentin]Me siento terriblemente culpable después de la noticia sobre Isabel, es como si un balde con agua fría me hubiese caído sobre el cuerpo y mi cuerpo aún no quiere reaccionar. Sé que tal vez no es para tanto y que esto sólo es una pequeñez para otras personas, pero para Isa es importante y si lo es para ella, lo es para mí. He hecho la cita con el cirujano plástico lo mas pronto posible, ya que de luna de miel planeado llevarla en un crucero, donde ambos podamos estar solos y disfrutar del sol y del mar, por lo que su cicatriz debe disminuirse antes de que eso suceda, porque quiero que se sienta cómoda. Por lo mientras, hoy es la pedida de mano en casa de sus padres y aunque Isabel ya me dijo que si y ellos parecen estar de acuerdo, admito que me siento muy nervioso porque literal tengo años que no hago esto y si puedo ser honesto jamás pensé que lo vo
[Isabel]No puedo dejar de admirar el hombre que es Quentin. Cuando pienso que ya lo tengo todo completamente bien estudiado y analizado, él sale con otra sorpresa y otra y otra más hasta que ya no sé qué decir, las palabras se terminan y sólo puedo expresarlo a besos y abrazos.Ahora él, no sólo me regresó las recetas de mi hermana, me dio otro lugar para que pudiera continuar mi pequeño negocio que juro se me hace nada comparado con lo que él maneja, pero insisto en mantenerme ocupada de alguna u otra forma, aunque para ser honesta, Lea es la que más ocupada me tiene.Esta pequeña de gran inteligencia, está pasando por tantos ajustes que es imposible no dejar de prestarle atención, sobre todo porque debe adaptarse a una nuev
[Quentin] (Una noche antes de la boda) —¡Lea! Allez, allez! Que se nos hace tarde.—Le hablo a mi sobrina que se encuentra justo en su cuarto arreglándose. —J’y vais! (Ya voy) – Escucho que me contesta. Camino como si fuera un león enjaulado por toda la sala mientras ella no sale. Por motivos de tradición de sus padres, Isabel tuvo que irse a dormir a otra habitación de este hotel que hemos escogido como escenario de nuestra boda, uno que se encuentra justo en Marbella, lugar del que Isabel se enamoró a primera vista tan solo vio las fotografías del lugar. Así que ahora me encuentro solo con Lea, quien mañana después de la boda, viajará junto con los padres de Isabel que nos harán el favor de ver por ella mientras nosotros disfrutamos de nuestra luna de miel. —¡L&
[Isabel]Jamás pensé que me casaría, lo deseaba, sí, pero debido a todo lo que pasé llegué a la conclusión que las bodas no eran lo mío y que siempre sería la dama de honor más que la novia o la tía cool y no la esposa de alguien o madre. Siempre pensé que el amor era eso que las películas de chicas te pintaban, los típicos caminos cruzados o las situaciones donde con una mirada o en medio de un accidente el chico conoce a su chica perfecta y en dos por tres se casan haciendo a todos suspirar y desear un amor así incluyéndome a mi. Yo, no creía en el amor a primera vista, ni en el destino, ni en las circunstancias y ahora me río sola frente al espejo mientras la maquillista le da los últimos retoques a mis labios rojos, ya que estoy a punto de casarme con el amor de mi vida; ese hombre que contestó un men
[Quentin]Sin poder voltear a ver a Isabel camino de regreso a mi habitación donde emocionado por o que acabo de vivir me limpio con un pañuelo de tela las lágrimas, que sé, pronto regresarán. Abro la puerta para entrar en ella y dirigirme directo hacia el balcón donde puedo ver cómo los invitados se van sentando en espera de nuestra aparición, una que muero de ganas por hacer. Regreso al tocador para tomar el clavel rojo y frente al espejo me lo pongo sobre el saco color gris perla que es parte de mi vestimenta de hoy. Me viene a la mente la primera vez que me casé, la boda fue tan elegante que yo llevaba un pesado esmoquin con moño y todo. Ahora el traje es más sencillo, más ligero, de lino, que no solo es perfecto para el clima y el evento de hoy, si no que simboliza de alguna manera el peso que estoy dejando atrás. Sé que no es bueno recordar bodas pasada
[Isabel]Es oficial, soy la señora de Quentin Valois o más bien su compañera de vida como él me ha llamado. Mientras todos nos aplauden ambos caminamos de la mano por el pasillo sonrientes de que por fin hemos quedado unidos en matrimonio. Entramos por la puerta para dirigirnos a un pequeño salón donde será la ceremonia civil donde otra vez reafirmaremos nuestro amor y compromiso mutuo. —Te amo, te amo, te amo.— Me dice emocionado mientras me toma del rostro y me besa antes de que los testigos entren al lugar.— Te ves hermosa.—Te amo más, te ves guapísimo, tan gallardo. —Basta que todavía falta una fiesta a la que hay que asistir a nuestra fiesta.— Bromea y luego me besa sobre los labios.— Mi esposa, estaba ansioso por llamarte así.—¿De verdad? ¿Desde cuándo? —Desde el primero
[Quentin]Muchos esperan que la noche de bodas es sexo por la noche y un hermoso despertar por la mañana, pero no es así, en ambas bodas mi luna de miel fue dormir profundamente cansado hasta el otro día y la única diferencia no sólo es la mujer de al lado, si no el hermoso despertar que hemos tenido. Abro los ojos y una sensación de descanso y felicidad llega a mi, me encuentro abrazando la almohada mientras mi cuerpo se encuentra recostado boca abajo en aquella enorme cama. Isabel no se encuentra a mi lado, pero no es algo que me asuste ya porque sé que ella se encuentra en algún punto de este hermoso yate que tenía años que no zarpaba en alta mar. Me levanto para después caminar hacia el baño, tomar una de las batas blancas y ponérmela encima para salir a al improvisado balcón donde veo a Isabel sentada sobre los sofás con una taza