Sergio El debate termina unos quince minutos más tarde. Me quito el equipo de audio de inmediato y bajo del estrado. Westborn viene detrás de mí y me recuerda que nunca se lo pone fácil a ningún contrincante. —Es una violación a la privacidad—respondo y sigo caminando, Amarilis me mira y yo a ella. —Sergio, me llamó unos minutos después de que subiste. —Tú no trabajas para Isabela. Trabajas para mí. Pides un jueputa anuncio, enciendes la alarma de incendios y pago la multa, no se te ocurra meterte entre mi familia y yo. Salgo del lugar y no me importa no estar sonriendo para ninguna cámara, La prensa me rodea y alzo la mano para que mi equipo de seguridad nos cierre. —El candidato que ha abandonado a Isabela enferma, por un problema quirúrgico. —No la abandoné. Mi papá ha estado con ella todo el tiempo., no me notificó mi novia que fuese quirúrgico, el hospital, mi equipo, ni mi familia, me notificó en público el presidente. Estoy seriamente preocupado por lo grande que es la
Isabela A la mañana siguiente no sé si se robaron una floristería o qué, pero la habitación está llena de flores, tarjetas y canastas. Veo a Sergio, está a mi lado, sosteniéndome la mano y mi papá está sentado leyendo el periódico. Le saludo a lo lejos y él sonríe antes de acercarse y darme un beso en la frente. —¿Por qué eres tan testaruda? —No sé... así me hiciste —Bromeo y él me pregunta si tengo hambre o dolor. —No tengo nada papá, lo que sea que dan está buenísimo. —Son drogas de buena calidad.—Le da un golpe en la cabeza a Sergio. —Estás estorbando. —¿Te duele algo, estás bien? —pregunta y sonrío. —No me duele demasiado y estoy bien. —Sergio tienes que ir a trabajar. —No. —Claro que sí, Sergio —respondo. —A ver yo tengo una familia. Estoy grandecita y tengo dinero. Me contrato una niñera y se van o me quedo aquí en paz internada. Mi papá y Sergio se rehúsan ante la idea y les digo que estoy bien, le pido a Sergio que deje de darse con un mazo porque me enfermara y a m
Isabela Mi médico frunce el ceño antes de aclararse la voz y comenzar a explicar. —Por lo que observé, son lesiones pequeñas y están limitadas a las trompas. Así que eventualmente podrías quedar embarazada, puede que sea difícil, pero, tenemos inseminación como opción e in-vitro si quisieras. Yo tengo muy buenos tratamientos para controlar el dolor y les recomendaría intentar primero del modo tradicional, divertirse, no ponerse presión. No estás vieja, no estoy diciendo que eres infértil, solo que necesitan ser paciente, y los conozco a los dos, la paciencia no es su mejor virtud, por ahora recuperarte, reposo, menos estrés y en unos días estarás como si nada, la cicatriz es pequeña así que relajada. ¿Tienen alguna duda? —Deberíamos pensar en guardar óvulos o algo. —Sería ideal, tener una reserva con su material, pero, no tomen ninguna decisión ahorita. Recupérate y en un mes nos sentamos y trazamos un plan. —¿Cuándo me puedo ir?—Ya mañana podrías, pero, hoy te vamos a dejar en
SergioMi primer ronda de campaña en Brownsville es una locura, no pensé que tanta gente se acercara a escuchar mis propuestas, a dar sus quejas y expectativas de un gobierno, de verdad, es toda una experiencia, así como la oportunidad de poder reunirme con los empresarios locales, con el alcalde y escuchar las necesidades del pueblo. Lo que pasa es que por más que quiera aprender, poner atención y buscar soluciones para lo que me dicen, me preocupa que mi prometida esté en un hospital con mi mamá al cuidado. —¿Cómo está su prometida?—pregunta el alcalde mientras nos dirigimos al almuerzo. —Recuperándose —respondo.—Gracias por preguntar. Hace algunas presentaciones y les acompaño a comerLa gente que trabaja para el alcalde parece contenta con la oportunidad de lanzar todo lo malo a ver qué pesco—¿Cuánto están tardando? —pregunto. —Cuatro horas. —Diario ida y vuelta, o sea no duermen bien—digo y el alcalde se ríe. —Hace cuanto no duermes. —A mí alguien me lleva y me trae a c
Sergio Kamille le da tiempo a sus seguidores y luego nos presenta. —Estoy acompañada con el guapísimo candidato a la presidencia y empresario Sergio Caine, junto con su prometida, la periodista, escritora, jefa de campaña y empresaria Isabela Burwish.—Los dos saludamos entre risas. —Yo soy fan de Isa —Les digo y los dos ríen. —Yo también. —Gracias por presentarme por lo que soy. Siempre me presentan de hija, esposa, novia, amiga, y aquí allá, no, señor, yo, me partí los dedos escribiendo el mejor blog de la historia, soy una jefa de campaña brutal y tengo tetas y ovarios —Kamille ríe. —Mira, a mí me pasa así que por favor normalicemos que las mujeres tengamos una carrera fabulosa y más impresionante que la del marido. —¿Cómo está William?—Está muy celoso porque Sergio es mi tipo. —Lo hubieras traído. —A la boda, se los llevo —Los tres nos reímos. —¿Cómo van los planes? Isabela se queda mirándome y responde la verdad, solo estamos comprometidos, no tenemos fecha, no tenemo
Tomo la mano de mi prometida y Kamill lee recuerda que ella sí tiene límites y no tiene porque competir su diagnóstico si no está lista o si simplemente no quiere. Isa sonríe y responde con seguridad: —Ya que el presidente ha sido tan irrespetuoso al difundir mi estado de salud sin yo antes poder informarle a mi familia que estaba en cirugía. Me encantaría contar mi versión antes de que salgan otras. —¿Tu familia no sabía? —No—responde. —Yo dejé de orinar. Soy una estresada crónica, pensé que era estrés, hice todo lo posible por distraer a mis amigos, a mi familia, a la prensa, que Sergio fuera a su debate y me interné en el VIP del Pieth. —¿No le dijiste a Sergio ni tus papás?—repite sorprendida.—A Sergio le dije cuando ya estuve en el hospital. Él mandó a su papá y llamé a mi abuela, le pedí que no dijera nada y que pusiera orden porque el médico a cargo era demasiado joven para mi paz mental —Kamille ríe. —En fin, me atendieron Arturo y Alice, me sacaron la orina con sonda, f
Isabela Sergio y yo nos sentamos a ver pasar gente mientras me critica por tomar el helado de café, le doy una cucharada y él me pide que cierre los ojos, me rio antes de que siquiera me diga nada más. Él se ríe y me dice: — No puedes abrir los ojos. — Okay. —Vas a probar una bomba de amor, sabor, ricura — me río. — Abre Isa. Me mete un cucharazo de helado de fresas, con fresas, leche condensada, crema batida y una cosa dulce que sospecho son las chispitas. Él se ríe. — Esto mi amor, esto es lo bueno. — Me estás criticando por helado de fresa, eres lo más común. —Son fresas volcánicas de tres países diferentes — me dice y abro los ojos. — Te lo acabas de inventar — Sergio ríe y yo también. — Este helado sí es de café, de tres países diferentes y dos nacionales, mira, prueba bien— le digo y Sergio, cierra los ojos para aumentar sus sentidos, está buenísimo, tiene ese sabor maravilloso a café y un poco de chocolate, ami a verdad me gusta venir a Mainvillage y comer en la he
Sergio Veo a Isabela, la cual está sentada meditando qué es lo apropiado decir y qué no. Me sirvo una copa y me siento a su lado. Isa se queda en silencio y posa su mano sobre mi rodilla.—Sergio —me mira y se queda en silencio antes de volver a empezar. —Sergio, qué pasaría si no podemos tener hijos. —Estás pensando en dejarlo todo porque no podemos tener hijos, es una condición para estar conmigo. Isabela, si fuese al revés que me hubiesen cortado un huevo y tuviese bajo conteo, me dejarías. —Es diferente. —Me dejarías. —No. —Es lo mismo, la respuesta es la misma. Podemos adoptar, a mí no me molestaría un vientre de alquilar, comprar óvulos y espermatozoides ajenos, el día que tengamos un hijo es nuestro, no importa el ADN, Mily no es genéticamente hija de mis papás, pero, es tan suya como cada uno de nosotros. Emiliano no es hijo de Niza y le ama inmensamente y puedo seguir todo el jodido día Isabela. Tú y yo no somos familia pero decidimos serlo. —Lo sé, pero, es justo q