Agustín estaba decidido en buscar a Anna, asi que tenia que hablar con Eva y Javier, para saber de ella y no quería perder tiempo, después se encargaría de Lucía. Agustín sabia donde encontrar a Javier. El entro al despacho de Javier sin permiso. — Javier necesito hablar contigo, dime en donde se encuentra Anna, necesito saber donde se encuentra, tengo que buscarla. Javier sonrió con ironía. —! Agustín, no crees que ya sea demasiado tarde para eso.—Vamos Javier, tal vez tengas un poco de razón, pero al menos tengo que hablar con ella, y decirle lo estúpido que fui al no creerle, Javier si todavia eres mi amigo, dime en donde se encuenta. — Agustín, la verdad es que yo tampoco lo se, hace tiempo que ella ya no se comunica con nosotros, y la unica que tiene información de donde estaba es Eva, pero ella aun sigue molesta contigo, porque ella dice que por tu culpa Anna se fue de aquí, así que no puedo ayudarte. — Javier por favor ayudame necesito buscar a Anna, necesito disculparme c
En París. Ya eran las ocho de la mañana, Alexandra, Carolina, Lana, Daniela y Thomas, iban rumbo al aeropuerto— Alexandra, Carolina por favor cuídense mucho y siempre esten en contacto, siempre coman a sus horas, no se duerman muy tarde, si salen a divertirse no lleguen muy tarde a casa. Carolina te encargo mucho a Alexandra, ya sabes cómo es cuando esta trabajando. — Madre no te preocupes estaremos bien, prometo cuidarme mucho, en cuanto lleguemos a Milan te llamo, esta bien, para que estés mas tranquila.— Si señora Daniela, no se preocupe, estaremos bien, y siempre estaremos en contacto con ustedes, yo cuidare de ella quédese tranquila.— Vamos Daniela, ya son mayores de edad, y pueden cuidarse solas, no te preocupes tanto por ellas, las haras sentir mal.—Lo sé Thomas, pero no puedo evitar preocuparme por ellas.—Mamá ellas estarán bien, son muy listas las dos y ambas se cuidan siempre.— Así es mamá no te preocupes, Carolina y yo siempre nos hemos cuidado la una a la otra, y e
Agustín se fue a descansar y retomar fuerzas para el siguiente día, pues tenía planeado ir a primera hora a la universidad, con la esperanza de encontrar algún indicio de Anna, no se daria por vencido hasta encontrarla, sin saber que ese nombre y la mujer que había conocido en ese tiempo ya no existía, pues la chica no solo se había cambiado su nombre, si no, a ella misma. En el aeropuerto de Milán. Las dos chicas llegaron pronto a su destino, ambas estaban emocionadas, pues emprenderian una nueva meta para sus vidas. Bajaron del avión, se dirigieron a recoger su equipaje, ambas iban distraidamente, pues llevaban algo de prisa tenian una cita dentro de dos horas. — Alexandra tenemos que apurarnos y llegar al apartamento, para arreglarnos no quiero llegar tarde a nuestra reunión. — Lo sé Carolina, esto definira si conseguimos el lugar, que quiero para empezar mi empresa, es muy importante, para mi, bueno para ambas. — Si, vamos hay que correr, que nos gana el tiempo. Las dos muj
Las chicas llegaron al apartamento, y ya que no tenían nada mas que hacer, Carolina por fin pudo hacer sus preguntas sobre lo sucedido en el aeropuerto. — Alex amiga mía, dime que tal el tipo del aeropuerto, esta guapísimo, además creo que le gustas. — Carolina no digas tonterías, como se te ocurre, solo fue amable y evitó que me cayera imagínate si eso hubiese sucedido, que pena. — Alexandra, no creas que no note como tus mejillas se pusieron coloradas cuando te tenia entre sus brazos. — Carolina no es por lo que piensas, y sabes bien porque motivo me puse así. — Si bueno lo sé, pero Alex ya han pasado dos años y medio de todo eso, acaso no piensas olvidarlo, tu mereces ser feliz, mereces a una persona que de verdad te quiera, que de verdad te respeté, pero sobre todo que de verdad confié en ti, mira que has tenido una suerte con los muchacho, solo que no te das la oportunidad. — Carolina, no quiero hablar mas del tema, por favor y ahora mejor me voy a mi habitación. — Alexand
Cómo Thomas lo había dicho, llego en diez minutos, quería pensar que Daniela estaba equivocada, y el hombre que lo esperaba, fuera otra persona. — Thomas has llegado, por favor atièndelo tu, yo no se de que pueda ser capaz si lo veo, le tengo rabia, se que esta buscando a mi hija.— Cálmate mujer ya, si es el de todos modos, no le diré nada sobre Alexandra. Thomas salio de la oficina de su esposa, para ir donde se encontraba aquel hombre esperándolo.— Buenos días señor Álvarez, permítame presentarme soy Thomas Thompson y soy el director de esta universidad, dígame ¿en que puedo ayudarlo? Tengo entendido que busca a una persona. Agustín se sorprendió, pues el director hablaba perfectamente el español.— Buenos días, mucho gustó señor Thompson disculpe la molestia, así es efectivamente estoy buscando a alguien, me informaron que es alumna de esta universidad. — Vaya señor Álvarez, debe entender que no puedo proporcionar ningún dato sobre los alumnos de esta universidad a menos que
En el consulado Mexicano en Milán. Maximiliano D' Lucca, esperaba con ansias la información, que había pedido días anteriores, pues no dejaba de pensar en esa mujer que tuvo entre sus brazos por unos segundos, se moría de impaciencia por saber todo de ella. Maximiliano cerró sus ojos, queria recordar esos hermosos ojos que lo cautivaron, esas mejillas coloradas, que mostraban que la chica estaba apenada. Cada vez que él recoraba, sonreía como un adolescente, se sentía como un chico que apenas iba a la secundaria. Aquella chica cautivo el corazón de ese hombre, que a pesar de su edad y experiencia, no se deja enredar por juegos del amor. Porque su prioridad han sido defender los derechos de las demás personas.Pero esta mujer, estaba provocando en su interior cosas que por primera vez, le ponían su mundo al revés.Ni el mismo, lo podía creer, jamás se había sentido atraído por alguien de esa manera. Y esta chica se había metido en su cabeza, pensaba en ella día y noche. Maximiliano
Las dos chicas se dirigieron a un hermoso restaurante, Carolina se moría de hambre. Alexandra.Sé que lo que estoy haciendo tiene mucho trabajo, se necesita dedicación y esfuerzoNo he de negar, que siento miedo por el nuevo camino que voy a emprender, pero he luchado tanto para llegar hasta aquí, que no puedo darme por vencida, me encontrare obstáculos como los de ahora, pero estoy luchando por mis sueños. Pero sobre todo para no rendirme. Carolina es una gran amiga, que la vida me presento cuando más lo necesitaba, tengo tanto que aprender de ella, sabe por todo lo que estoy atravesando, así que me ha insistido tanto en ir a comer que no pude negarme. Su entusiasmo es evidente, que me lo contagia, y hace que me esfuerce más.Estoy cansada, cuando todo esto pasé, cuando logré mi objetivo sonreíre, y diré que todo valió la pena.Ay!! Como pero que hermoso restaurante, esta mujer piensa que tenemos dinero, espero algún día invitarla a comer a donde ella quiera, por todo su apoyo.No,
Las tres personas llegaron al restaurante. Maximiliano era una persona muy conocida, así que los camareros se dirigieron a él con mucha cortesía. — Buenas tardes señor D' Lucca, permítame llevarlo a su mesa. Maximiliano solo siguió al camarero. Carolina y Alexandra lo siguieron con la mirada, se dieron cuenta que lo esperaban en la mesa, otro camarero les hablo para llevarlas a su mesa. Carolina hablo ella había reservado ahí asi que el camarero cortésmente las llevo a su mesa -Señoritas buenas tardes, permítame llevarlas a su mesa.Las situaron en una mesa que quedaba justo en frenta hacia donde estaba Maximiliano. — Alexandra sin querer vio hacia enfrente y sus miradas se encontraron. En la mesa de Maximiliano. La chica que estaba esperando a Maximiliano estaba emocionada, llevaba ya mucho tiempo esperando concretar una cita con él, y por fin había tenido la oportunidad de tenerla, sus ojos se iluminaron cuando escucho su nombre, pero ella disimulo. Maximiliano llego a la me