”Vamos”. Él se pone de pie y extiende una mano hacia mí. “Por mucho que preferiría quedarme acostado contigo, Klaus viene en camino”.

“Y tú destrozaste toda mi ropa”, murmuro, dejando que me ayude a ponerme de pie.

Él camina hacia la camiseta que había dejado colgando en la rama y me la entrega. “¿Por qué crees que me quité esto?”. Él me da un beso en la mejilla y se dirige al riachuelo para limpiarse.

Me pongo la camiseta azul, agradecida de que Dane sea mucho más grande que yo y me cubra el culo y los muslos. Tras abrocharse los pantalones vaqueros, Dane vuelve conmigo y clava sus ojos en los míos mientras me remanga las mangas hasta los codos. “Debo sacarte al bosque más seguido”.

El sonido de ramas rompiéndose llaman nuestra atención y nos hacen notar a Klaus, quien está viniendo en nuestra dirección. Él lleva una mochila, la cual le entrega a Dane. “Eric y Brax también estaban preguntándose dónde estaban”.

“Vamos camino a casa dentro de poco. ¿Te dijeron algo?”.

“Brax dijo q