Neah

Mallory guía a una mujer llorosa hasta la oficina. La mujer pelirroja se lleva las manos al pecho, casi hiperventilando, mientras Mallory la mira con los ojos muy abiertos mientras la lleva a una silla.

“Él ya no puede hacerte daño”, le dice Mallory.

El disparo tenía sentido ahora. Abraxas había matado a alguien más. Alguien a quien había considerado indigno de conocerme. Por la marca en el cuello de esta mujer, creo que la persona era su pareja.

“Lo siento”, le murmuro, a pesar de que sabía que nada de lo que dijera sería capaz de calmar el dolor de perder a su pareja. De seguro estaba agonizando.

“¿En serio está muerto?”, farfulla la mujer entre lágrimas.

“Sí”, le ofrece Mallory con una sonrisa.

“¡Bien!”. La mujer parecía haberse calmado bastante tras escuchar la confirmación. Esto me dejó aún más confundida. “Ese bastardo me marcó cuando me contactaste”.

“¿No era tu pareja?”, le pregunto en lo que más preguntas aparecen en mi mente.

‘Es una trampa’, murmura Nyx.

‘Tú c