Ella asiente. "Dane le dijo que se quedara donde yo pudiera verlo. Así lo hizo".

Veo que otros lobos se detienen a observarlo. Abraxas no los reconoce, como si estuviera en su pequeño mundo. Se mueve con precisión y facilidad, probablemente siguiendo patrones de entrenamiento que había dominado a lo largo de los años.

"No me agrada".

"No te agrada nadie", me sonríe y toma un sorbo de agua de su botella. "Pero entiendo lo que quieres decir. Es extraño. Sus movimientos, sus palabras. ¿Cómo puede alguien saber cosas como él?".

"No lo hacen. Es el resultado de investigar y observar, o le pagó a alguien por información".

"Hmm".

"Tú crees que es otra cosa".

"No sé en qué pensar". Ella murmura y tira de su labio inferior entre los dientes. "Dane no lo hubiera dejado si pensara que hay algún problema".

"Tal vez está haciendo su propia prueba".

Sus grandes ojos azules se vuelven hacia mí mientras asiente con la cabeza. Por lo que había escuchado, a Dane le gustaba poner a prueba a la