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CAPÍTULO EXTRA: LAZOS ETERNOS.La habitación estaba bañada por la luz suave y plateada de la noche. En el centro, la cama de madera tallada, custodiada por la figura pequeña y atenta de Alessio. Sus ojos, amplios y llenos de un asombro que solo la inocencia de la infancia puede sostener, estaban fijos en la figura más pequeña que descansaba en la cama.Alessio se acercó sigilosamente, con el cuidado de quien porta un secreto o una promesa. Sus pies apenas hacían ruido sobre la mullida alfombra de la habitación.―Ángelo ―susurró Alessio, su voz era apenas un hilo de sonido, temeroso de romper el hechizo del sueño del recién llegado. ―Tienes que crecer rápido, ¿sabes? Papá dice que el tiempo vuela, pero a mí me parece que va muy lento.Se detuvo y miró a Ángelo con una mezcla de impaciencia y cariño.―Quiero enseñarte a correr, a explorar los secretos del bosque… a ser fuerte como papá. Seremos no solo hermanos; serás mi mejor amigo ―continuó el joven lobo, su imaginación ya dibujando a
CAPÍTULO EXTRA: COMPETENCIA DE ARQUERÍA.El aire vibraba con la calidez de la bienvenida cuando Lorenzo y Serafina cruzaron el umbral de la manada de los ‘CAZADORES DE LA LUNA’. Cassian y Aylin, junto a sus dos hijas, esperaban con sonrisas que reflejaban la luz del sol poniente. Lorcan, el Beta, y su compañera Daphne estaban a su lado, completando la imagen de una manada unida y fuerte.― ¡Lorenzo, Serafina! ―dijo Cassian abriendo los brazos en un gesto de bienvenida ― ¡Qué alegría tenerlos en nuestra manada!― Cassian, hermano, el placer es nuestro ―dijo Lorenzo con una sonrisa amplia ― Siempre es un buen día cuando se cruza el umbral de amigos leales.―Y qué hermosa recepción. Se siente como un hogar lejos de casa. ―agrego Serafina con una sonrisa elegante.Aylin se acercó a Serafina con una sonrisa genuina.―Querida Serafina, estoy muy emocionada de volver a vernos, hay tanto por platicar. ―Aylin le tendió una copa ― Espero que este pequeño elixir de nuestras tierras haga que te si
CAPÍTULO EXTRA: UNA NOVIA Y UNA MANADA. Zade, con la postura firme y la mirada aguda de un guerrero en su plenitud, guiaba a los jóvenes lobos de la manada a través de un entrenamiento riguroso. Su voz resonaba con autoridad, moldeando el potencial que veía en cada uno de ellos. De repente, la concentración se rompió cuando uno de sus hombres se acercó con paso apresurado. ―Beta, hay alguien que quiere verlo. Las cejas de Zade se fruncieron, su mente rápidamente pasando de instructor a protector. ―¿Alguien quiere verme? ―Sí, señor. Es alguien que no conozco, pero está en los límites del territorio. Zade sintió cómo la adrenalina empezaba a fluir por sus venas, una reacción instintiva ante la posibilidad de una amenaza. Elevó una plegaria silenciosa a la diosa, esperando que la paz que tanto habían disfrutado no estuviera en peligro. No quería más guerras, más sangre derramada. Con un pesado suspiro, consideró buscar a Lorenzo, pero la imagen de su Alfa, enfurecido por interrumpi
Muchas, muchas gracias, por leer mi historia. De verdad ha sido una montaña rusa de emociones al escribir a Lorenzo y a Fina. Y como siempre, la nostalgia me invade cada vez que tengo que terminar una parejita. Pero… tenemos la historia de Zade y Luna, estoy segura de que también las enamorara como lo hicieron Fina y Lorenzo. Aquellos que me preguntan por la historia de Jeremy y Brenda, tendría que esperar la autorización de mi editora y … sé que quieren saber sobre Alessio, Leah y Rowan, pues me complace decirles que ellos tendrán su propia saga que actualmente está en proceso de creación y que estará disponible para mediados del próximo año. Un beso y gracias por acompañarme, nos vemos en nuestra nueva aventura
SIPNOSIS: Zade Olzen oculta un pasado que se niega a morir, este pasado está marcado por un legado de dolor y venganza. Ahora, con la muerte de su padre, Zade se ve forzado a heredar y liderar la poderosa manada ‘Lobos Salvajes’ no obstante, debe cumplir con un antiguo acuerdo que exige su unión con la segunda hija de otra manada. Seis años atrás, una noche de pasión prohibida lo unió a Luna Snow, una loba cuyo nombre lleva el estigma de la traición y el dolor. Ahora la mujer que casi marcó como suya, es quien ahora debe tomar como compañera para completar el acuerdo. Aunque Zade se opone al principio, termina por aceptar la unión para infiltrarse en el corazón enemigo y vengar la sangre derramada de su madre. Sin embargo, el fuego que una vez ardió entre ellos se reaviva contra todo pronóstico, amenazando con consumir su sed de justicia. Luna Snow, por su parte, ha guardado el secreto de esa noche fatídica y las consecuencias que le siguieron: Desmond, su hijo. Atrapada entre el a
MI PADRE HA MUERTO. Zade se recostó en la silla, y el silencio de la habitación lo envolvió como un manto. Cerró los ojos y recordó aquella noche las memorias fluyeron como un río de deseo. «Cuando se encontraron, el mundo alrededor se desvaneció. Sus manos se buscaron con urgencia, entrelazándose en un baile de pasión y necesidad. La besó, primero con suavidad, degustando el néctar dulce de sus labios, luego con una intensidad que borraba toda racionalidad. Luna respondió con igual fervor, sus dedos recorriendo la espalda de Zade, trazando líneas de fuego sobre su piel. La habitación se volvió un santuario de sombras y susurros. Allí, cada prenda caía al suelo como pétalos arrancados por la tormenta de su pasión. La luz de la luna se derramaba sobre ellos, bañando sus cuerpos entrelazados en una plata líquida que parecía santificar su unión. Luna se entregó a él con una confianza absoluta, sus cuerpos hablando un lenguaje más antiguo que las palabras. Zade exploró cada centímetro
ECOS DEL PASADO. Zade se paró frente a la tumba de su padre, una figura solitaria contra el cielo crepuscular. La manada ‘Lobos Salvajes’ lo rodeaba en un silencio expectante, sus ojos fijos en la silueta de quien ahora era su líder. En la quietud del bosque, la tensión del nuevo Alfa era casi palpable, su cuerpo como un arco tenso a punto de liberar una flecha. Con la mirada fija en la fría lápida, Zade dejó que las emociones que había contenido se derramaran en sus palabras, su voz, un gruñido que se intensificaba con cada confesión. ―Siempre deseé ser yo quien te hiciera pagar por lo que le hiciste a ella, a mi madre. Cargaste con la culpa de su muerte y ahora te has ido sin enfrentar la justicia que merecías. La soledad era su única compañía, y con ella, los recuerdos afloraban, crudos y despiadados, como las garras de un pasado que se negaba a soltarlo. Cerró los ojos y, como si fuera ayer, recordó aquel día fatídico que había marcado su vida para siempre. Era apenas un niño,
TU PROMETIDO QUIERE VERTE. La brisa de la tarde acariciaba las hojas mientras Luna y su hijo Desmond se acercaban a la casa de Caleb, un miembro respetado de la manada Snow. El lobo de cabello plateado y ojos azules era conocido por su destreza tanto en la caza como en la gestión de las provisiones de la manada. Hijo del Beta y mano derecha del padre de Luna, Caleb tenía un lugar especial en el corazón de todos, especialmente en el de los más jóvenes. Al llegar, Desmond, con la energía desbordante propia de su edad, soltó la mano de su madre y corrió hacia Caleb. El joven Beta, con una sonrisa que iluminaba su rostro, abrió los brazos para recibir al pequeño lobo con un afectuoso beso en la frente. ―¿Cómo estás, pequeño lobo? ―dijo con voz cálida. Desmond miró hacia arriba, sus ojos brillando con la admiración que sentía por Caleb. ―¡Jugamos, di que sí, Caleb! La risa contagiosa de Caleb resonó en el aire mientras revolvía el cabello dorado del niño, tan parecido al de su propio