- Te quiero a ti… Me gustas…

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No sé cuánto tiempo ha pasado ya... muy seguramente nunca me detuve a contar los días o meses después que todo pasó, lo efímero de los recuerdos es que pueden ir y venir cuando los evoques, algunas veces vienen con gran exactitud, algunos como un sueño, otros, simplemente no regresan por mas que intentes recordar.

Recuerdo como lo conocí, recuerdo que fue una tarde casi extinta, donde pisaba con fuerza el asomo de la noche, creo que la tarde ya agonizando esperó con su luz casi extinta a que él llegara a mí y pudiera verlo con su luz.

Recuerdo las primeras palabras que me dijo aquella tarde.

- Mucho gusto, soy Varys, me han hablado muy bien de ti.

Recuerdo a mi jefe decir palabras muy cortés sobre mi desempeño laboral y como mi primera experiencia laboral me abría las puertas a una empresa más grande y mejor constituida, los halagos de mi jefe sobre mi desempeño en esos 6 meses de trabajo fueron tan sobresalientes que pensé que me estaba ganando una medalla en los juegos olímpicos.

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Había estudiado una carrera que mis padres podían costear y no la carrera universitaria que desde niña pensé que estaba destinada a ejercer, pero teniendo la edad que tenía y dependiendo de mis padres económicamente y emocionalmente estudie lo que al final de cuentas era mas economico y mas viable laboralmente en su momento; asi que luego de culminar mis estudios, llegó la primera oportunidad laboral, una real, y esos 6 meses fueron memorables, realmente entendí que los conocimientos adquiridos en una carrera aplicados al campo laboral, muchos de ellos no entiendes, para que los estudiaste y pierdes tantas horas de sueño tratando de ganar exámenes, porque simplemente no son útiles en el campo de aplicación... Así que tome lo que me servía, y lo explote al máximo... me fue bien.

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Recuerdo cómo después de tantos halagos y flores, lo mire sin ningún reparo, sin asombro, hasta un poco de risa me dio su atuendo en aquella ocasión. Estaba un poco desaliñado y su ropa suelta, parecía más un chico rockero que un jefe de empresa; pues en mi pequeña imaginación todos los jefes eran muy diferentes a lo que tenia frente a mi en ese momento. Mi primera impresión sobre él no fue la mejor

Concretamos una cita para hacer unas entrevistas y pruebas de rigor, acepté encantada, dado que iba a tener la oportunidad de seguir trabajando y podría seguir sobreviviendo de mi misma.

Recuerdo cómo después de hablar y despedirnos nos topamos nuevamente saliendo de la empresa; recuerdo una camioneta color gris plata se deteniene frente a mi y bajando el cristal del lado del conductor.

- ¿Te puedo acercar?

Acepté.

Dentro del coche mi jefe y mi futuro jefe hablaban de trabajos futuros y proyectos y personas que no conocía, así que solo me limite a escuchar sin mencionar ninguna palabra.

Lo mire nuevamente de espaldas y a traves del espejo retrovisor, era un hombre guapo, se notaba que era mayor que yo, un poco desastrosa su forma de vestir pero, sus fasciones muy masculinas se veian cada vez que la brisa entraba por las ventanas y su cabello negro y largo dejaban ver su rostro, era guapo en realidad.

- ¿Me pueden dejar en este lugar? ¡Gracias!

- No faltes, ¡nos vemos!- Respondio a mi agradecimiento.

Me fui a casa sin mas, en ese momento no era mas que un hombre, atractivo, un poco desarreglado, que me ofrecia trabajo. Ese día pasó tan desapercibido que jamas, hubiera pensado que él sería el causante de eso que llaman amor y también el desamor.

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