Capítulo 868
Rodrigo llevó a Felipe a casa.

Estos últimos días habían sido ajetreados, y Felipe había enviado pocos mensajes a Estela.

Ahora que había resuelto sus asuntos.

Planeaba hacer un viaje a Estado M.

Pero Rodrigo le pidió que no se fuera hoy.

Dijo que había invitados en casa y que debía acompañarlos.

No tuvo más remedio que posponer su viaje.

Sentado en el sofá, Felipe envió un mensaje a Estela.

[Mañana iré a verte, he reservado un vuelo nocturno.]

Estela estaba jugando con Mateo.

Cuando su teléfono vibró, lo sacó para mirarlo.

Miró y al ver el mensaje de Felipe, sonrió.

Respondió a propósito: [Estás tan ocupado, mejor no vengas, no soy tan importante. Concéntrate en tu trabajo.]

Felipe frunció el ceño: [¿Estás enojada?]

[Sí.]

En ese momento, Estela, sosteniendo a Mateo, se acercó sigilosamente por detrás y sopló suavemente en su oído.

Él se levantó sorprendido: —¿Quién...?

¿Quién se atrevía a hacerle tal broma?

Cuando vio que era Estela.

Abrió los ojos de par en par.

Incrédulo.

Tartamudeó
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