Capítulo 809
Felipe la observó con una sonrisa. —Me gusta cuando te enojas.

Enojarse demostraba que le importaba.

No quería compartir su cuerpo con otra mujer.

Estela bajó la cabeza, su voz se había vuelto ronca sin darse cuenta: —Realmente eres molesto.

Felipe, con ternura, extendió sus brazos para abrazarla.

Esta vez, Estela no lo empujó, sino que agarró su cuello de la camisa, tratando de contener sus lágrimas, pero no podía. —¿Puedes dejar de hacerme sufrir?

Sus hombros temblaban ligeramente.

Las lágrimas finalmente fluyeron.

Se apoyó en el pecho de Felipe. —Creo que ya no merezco estar contigo.

Felipe la abrazó fuertemente, besando su cabello, sus mejillas...

Él acercó sus labios al oído de Estela: —Tu primera vez, es para mí, lo que poseo, es la más pura tú.

—No, ya no soy pura...

—Shh.

Felipe presionó sus labios: —Eso ya pasó, a aquellos que te hirieron, ya les he castigado. De ahora en adelante, pasarán sus días en la cárcel. He hablado con la gente de allí, y su vida será peor que la muert
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