Probablemente porque ninguno de los dos había esperado que encontrarse de nuevo fuera una ocasión así.

No se supo si es porque ella misma iba a ser madre, pero Inmaculada era mucho más suave.

Volvió ver a Gabriela, sin los celos, sin el resentimiento de antes.

Durante el embarazo se las pensó muchas coasas.

Gabriela no le debía nada.

Para empezar, Rodrigo no era suyo.

Fue ella misma quien sustituyó a Gabriela para tener la oportunidad de acercarse a Rodrigo.

Y sin embargo, ella los tomó como propios.

"Tú..."

Gabriela estaba a punto de hablar.

Inmaculada habló primero, con voz muy débil, "No me había pensado que tú y yo estábamos destinados a vernos hasta el final de mi vida."

Ella bajó ligeramente los ojos, "Nos graduamos en la misma universidad y trabajamos en el mismo hospital, eres mejor que yo en todo, solía envidiarte de verdad, claro que son más bien celos..."

Gabriela odiaba a Inmaculada.

Pero ahora mirando casi no tener respiración, lista para morir en cualquier momento, y aliv