Pero estaba intranquilo.

Las pestañas aún estaban húmedas y parecía que habían estado llorando.

Gabriela tenía una mirada de angustia en los ojos.

Cómo le gustaría que el dolor estuviera en sí misma.

Se tumbó suavemente junto a su hijo.

Yolanda trajo un tazón de sopa caliente para Gabriela y le susurró, "Tómatela antes de dormir."

Gabriela se levantó, bebió y volvió a tumbarse.

Yolanda sacó el tazón sin perturbar su descanso.

No dormía profundamente, despertándose de vez en cuando.

Cuando se despertó aturdida por tercera vez, no pudo dormir más y se levantó suavemente.

Yolanda la vio salir y suspiró, "¿Por qué no duermes un poco más?".

Había trabajado todo este tiempo, y Yolanda lo había visto y le dolía el corazón.

Pero era asunto de Gemio, y ella no podía convencer a Gabriela de nada.

En este momento, tal vez si estaba un poco más ocupada, pudo olvidarse de lo de Rodrigo.

"Tengo que ir al centro de investigación." Dijo Gabriela.

Yolanda sólo pudo asentir también con la cabeza.

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