"No hace falta que lo investigues." No sabían si Javier estaba escuchando a escondidas o había estado despierto toda la noche vigilando la puerta.

Tenía un color verdoso bajo los ojos.

Como si no hubiera descansado.

Probablemente porque anoche, Gabriela no salió de la habitación de Rodrigo y él se asustó.

Felipe frunció el ceño, "Javier, ¿cuándo has aprendido a escuchar a escondidas? Parece que vas a convertirte en una hipócrita."

"Fuiste tú quien dejó la puerta abierta, no escondí, estaba aquí para escuchar." Miró a Rodrigo, "No tienes que averiguarlo, te diré por qué la doctora Jane y yo nos conocemos, porque la doctora Jane y yo tenemos una relación laboral, yo le pagué para que te sedujera."

"¿No era fea?"

"Pero no te disgusta."

"Porque llevaba un perfume."

"Que puede confundir la mente."

"Por eso no te disgusta."

"Encontré una mujer tan fea para darte asco."

"Javier, eres demasiado mezquino y desvergonzado, ¿verdad?" Felipe también pensó que era extraño.

Esta mujer era fea.

Rodrig