Emilia le ayudó a salir del coche.

Carlos estaba realmente mareado, no había sido así antes, y esta vez el vino parecía ser particularmente fuerte e afrodisíaco.

Emilia no tuvo dinero, así que, naturalmente, él tuvo que ofrecerse a pagar la habitación.

Una vez dentro de la habitación, Emilia fingió ayudar a Carlos a tumbarse en la cama y le dijo, "Descansa un poco."

Carlos le cogió la muñeca con una mano.

Emilia fingió consternación, pero no insistió mucho y aceptó a dejar.

Los dos hicieron todo lo que debía hacer entre hombre y mujer.

...

Cuando terminó, Emilia se sentó en el borde de la cama agarrada a las sábanas, con los ojos llorosos abiertos de forma lastimera.

Carlos se quedó mirando la sangre de las sábanas y guardó silencio durante largo rato.

Dejó escapar un largo suspiro, "No tenía ni idea de que aún eras virgen, me acosté contigo, así que seré responsable de ti."

Emilia no se atrevió a mirar fijamente a Carlos.

Sangró porque Joan la había llevado al hospital para una repara