Luchando muy poco cooperativo, "Uy... Rodrigo..."

Rodrigo no la soltó, sino que la besó más profundamente.

Gabriela no pudo resistirse.

¡El cuerpo estaba blando en sus brazos!

Pasó mucho tiempo antes de que Gabriela perdiera por completo su capacidad de lucha y él la soltara.

Gabriela levantó los ojos lentamente, vapor de cristal colgando de sus espesas y rizadas pestañas. "¿Por qué me haces esto?"

Siseó con un débil sollozo.

No era una llorona.

Pero en ese momento, era triste.

Rodrigo bajó los ojos y preguntó, "¿Triste?"

Gabriela ladeó la cabeza, "Tú..."

"¿No me preguntas cuando tienes cosas?" Rodrigo la miró, "¿Crees que tengo otra mujer?"

Los ojos de Gabriela estaban claramente conmocionados, sus ojos brillantes eran como un torrente de agua, goteando, "Tú, ¿cómo lo sabías?"

En lugar de contestarle, Rodrigo preguntó, "¿Ves a Emilia?"

Gabriela negó con la cabeza, "No."

"¿De verdad?" Rodrigo parecía no creerse aquella afirmación.

Gabriela dijo, "Sabes, yo solía ser médico, y tengo alg