Pensó si el niño del que hablaba Alvaro sería Gemio.

Estaba tan lejos que no podía oírlo con claridad, sólo escuchaba a la palabra bebé.

Alvaro se paró frente a la puerta del coche y siguió diciéndole a la persona que estaba al otro lado del teléfono, "Trae a la mujer aquí, quiero verla."

Buscaba a una mujer que hubiera dado a luz porque Gemio lloraba mucho y no quería tomar leche de fórmula. Encontró información en Internet que decía que los bebés se niegan a tomar leche de fórmula y quieren comer leche materna, así que por eso pidió a alguien que encontrara a una mujer que hubiera dado a luz, que tuviera leche y pudiera alimentar a Gemio, para que Gemio no llorara sin cesar.

De hecho, Gemio lloraba no porque no quiso comer la fórmula, sino porque la fórmula que le dieron no era la misma que la anterior y el sabor había cambiado, por lo que no se la comió.

Pero Alvaro no lo supo.

Al entrar en el coche, echó un vistazo a Verónica, que estaba de pie no muy lejos, y respiró hondo, con ga