Cómo estás está tarde noche princesa? que novedades cuenta esa barriguita?

Camill sonrió, había tristeza en esa sonrisa, melancolía y un sentimiento de anhelo por alguien, ese alguien llevaba un nombre, pero Camill no lo diría, ella se guardaría ese sentir para ella, su prioridad era su hijo, que naciera a salvo, todos los días desde que despertó, pedía a dios que le permitiera nacer sano pese al aparatoso accidente que tuvieron

No hay ninguna novedad aún señor Mandujano! _ Renzo! llámame Renzo, que no soy tan viejo, solo tengo treinta años mujer! El poderoso y misterioso Ceo le sonrió, junto a su tentadora sonrisa unos bellos ojos grises con el borde delineado en negro la miraban con profundidad algo elevada pensaba Camill

Renzo Mandujano era heredero de un imperio con riqueza incalculable sus padres eran nacidos en el medio oriente y aunque el vestía moderno y se había educado en el extranjero siempre conservó esa característica de sus antepasados, sus ojos hermosos ojos enmarcados