Donald temblaba de miedo antes de darse la vuelta y preguntar nerviosamente: “Sr. Cameron, ¿tiene alguna otra orden para nosotros?”.

Isaac señaló a Johnny ya los otros cuatro hombres que estaban tirados en el suelo antes de decirles con frialdad: “¡Quiero que ustedes dos saquen a estos cinco perros de este lugar ahora mismo! ¡No quiero que ensucien más mi Shangri-La!”.

“Yo…”. ¡Donald se sintió muy ansioso y sintió como si fuera a vomitar sangre!

Le tomó un momento recobrar el sentido antes de soltar: “Sr. Cameron, ya le he dicho que ellos cinco no tienen nada más que ver con la familia de Webb. Puede hacer lo que quieras con ellos. Incluso puede matarlos si quieres”.

Isaac respondió con frialdad: “¿Olvidaste lo que dije antes? Estos cinco hombres tienen obras de arte grabadas en sus frentes. Quiero que los lleves contigo a la mansión de la familia Webb. Quiero que te asegures de atenderlos y tratarlos bien por el resto de sus vidas. No puedes permitir que mueran, y mucho menos quit