“Bien”. Asintió levemente, Charlie se volvió hacia Jiro y dijo: “Jiro, te daré una oportunidad para que demuestres lo que vales”.

“¡De acuerdo, Señor Wade!”. Jiro sonrió emocionado. “¡Por favor, dime qué hacer! Prometo que haré todo lo posible para servirte”.

Charlie sonrió y dijo: “Una vez que el barco esté listo, abordarás junto con ellos. Tu única tarea es vigilarlos de cerca todo el tiempo. No dejes que hagan nada sospechoso. Si tienes éxito, serás un hombre libre aquí. Recibirás un salario mensual básico y podrás pedir lo que quieras dentro de lo razonable… siempre que no sea contrabando, será tuyo”.

Al escuchar esto, Jiro estaba tan emocionado que temblaba por completo.

Su trato actual ya era decente, pero seguía siendo solo un hombre semilibre. No se atrevía a poner un pie casualmente en el suelo. Si pudiera convertirse en un hombre verdaderamente libre, podría disfrutar libremente de la luz del sol al aire libre. Más importante aún, a partir de ese momento, tendría un salar