Caden no sabía qué tipo de regalos planeaba darles Charlie a todos, pero desde su perspectiva, ya que cada una de las más de 400 personas recibiría uno, era probable que fuera algo que se pudiera comprar con dinero.

Caden era tan rico como un rey y no estaba particularmente interesado en cosas que se pudieran comprar con dinero. Sin embargo, ya que Charlie lo había mencionado, naturalmente quería mostrar su apoyo. Expresó su gratitud, diciendo: “A pesar de tu apretada agenda, todavía estás pensando en nosotros. Me siento verdaderamente honrado y, en nombre de todos, te agradezco”.

Charlie se rio entre dientes. “De nada”.

Caden respondió respetuosamente: “Si no hay nada más, seguiré adelante y le pediré a la Señorita Ito que venga”.

“De acuerdo”.

Caden se retiró y regresó al salón de artes marciales. Llamó a Nanako y dijo en voz baja: “Señorita Ito, el Señor Wade está en la oficina del gerente ahora mismo. Quiere verte”.

“¿Qué?”. exclamó Nanako complacida y sorprendida. “¿El Señor