Harrison se burló cuando escuchó la sugerencia de Helena.

Él espetó enojado: “T-T-Tengo el mejor equipo médico del mundo y ni siquiera se atreven a decir algo así. ¡¿Q-Quién te crees que eres?!”.

Helena sonrió y respondió: “Tu equipo no puede curarte, pero yo sí”.

Con eso, sacó la Píldora Curativa que Charlie le había dado de su bolso y le dijo a Harrison: “Esta píldora proviene del antiguo y misterioso Oriente. Una vez que la tomes, serás restaurado a tu antiguo yo. Para aliviar tus preocupaciones, puedo dejarte tomar una décima parte gratis antes de que discutamos los términos para que realmente puedas sentir su efectividad. Después de eso, podemos discutir el precio”.

Harrison, sin dudarlo, respondió con desdén: “¡N-Nunca c-c-creería en una píldora tan r-ridícula! ¡E-E-Esta mierda no tiene ninguna ba-a-ase científica en absoluto!”.

Helena se burló con desprecio: “Si crees tanto en la ciencia, ¿por qué le tienes miedo a la Sociedad Eliminatoria Qing? ¿Es posible que sea un rival