Él creía que el requisito previo para ganar dinero era hacer primero un buen trabajo con las hojas de té para que el dinero ganado pudiera justificarse. Fue precisamente debido a esta pasión y reverencia que nunca pudo encontrar una oportunidad real de hacerse rico de la noche a la mañana.

Esos estafadores, en cambio, eran diferentes. Si vendieran un lote de hojas de té por cincuenta dólares y posiblemente vendieran decenas de miles de lotes de hojas de té en un día, fácilmente obtendrían millones de ganancias de la noche a la mañana.

A veces, cuando Gideon veía a estas personas ganando tanto dinero, también perdía la confianza en la industria del té. Sentía que en la mayoría de las industrias formaría una situación en la que el dinero malo expulsa al bueno. Si él mismo quisiera convertirse en dinero malo, solo sería expulsado por ello. En lugar de dejar que eso sucediera, sería mejor para él retirarse lo antes posible.

Sin embargo, retirarse no era tan simple como se imaginaba. Tom