Entonces, los dos siguieron a Marcius a su cámara de piedra. Marcius señaló dos cojines frente a él y les dijo: “Siéntense”.

Cuando los dos vieron esto, se sentaron respetuosamente con las piernas cruzadas frente a él.

Marcius entonces dijo: “Aunque nuestro destino es superficial, seguimos siendo amos y discípulos, después de todo. Ambos albergan la ambición de resistir al ejército Qing y, como compañero oskiano, espero que puedan perseverar en esta causa y restaurar la gloria de Oskia…”.

Dicho eso, sacó dos píldoras de su bolsillo y las colocó sobre la mesa de piedra frente a los dos. Luego dijo calmadamente: “Estas dos píldoras son las Píldoras Eternas que les mencioné antes. Tomar estas píldoras puede prolongar su vida útil hasta quinientos años. Con estas píldoras, espero que puedan cumplir la causa de eliminar al ejército Qing”.

Fleur estaba emocionada al escuchar que las píldoras que tenía delante eran en realidad la Píldora Eterna que le podía otorgar quinientos años de vida