Charlie escuchó con asombro y no pudo evitar preguntarle: “En el norte de Europa, un anciano te acompañaba. Te referiste a él como ‘abuelo’ delante de mí, pero ¿era él en realidad otro huérfano que criaste?”.

Vera sonrió levemente y dijo: “El anciano que mencionas se llama el Señor Raven y es el último niño abandonado que adopté en la Punta Este después del incidente del 7 de julio, justo antes de dirigirme a Estados Unidos”.

Después de hacer una pausa por un momento, continuó: “De hecho, la mayoría de esos niños establecieron negocios ellos mismos con mi ayuda después de cumplir los veinte años. Algunos activos podrían ser confiados a ellos con fines de gestión, pero era esencialmente un regalo de mi parte. En estos más de doscientos años he regalado innumerables fortunas”.

“Solo un porcentaje muy pequeño, como el Señor Raven, que tiene un profundo afecto, ha permanecido voluntariamente a mi lado. Los mantengo a mi lado también. Después de todo, siendo solo una mujer y careciendo d