Cuando Albert escuchó las palabras de Charlie, preguntó con una expresión sorprendida: “¿No lo dejaremos entrar? Amo Wade, ¿acaso no trajo al entrenador aquí para que se familiarice con el entorno de trabajo? ¿Por qué no lo dejará entrar, entonces? Realmente no entiendo…”.

Charlie se rio entre dientes y dijo casualmente: “Él es un poco ignorante, así que debe ser castigado por su ignorancia. De lo contrario, no sabremos cómo se comportará en el futuro”.

Albert entendió al instante y dijo con una sonrisa: “¡Lo entiendo, Amo Wade! ¡Ignorémoslo por el momento, entonces! Primero lo llevaré para que eches un vistazo al lugar y le haré saber algunas de mis ideas para ajustes. No dude en hacerme saber si tiene alguna necesidad o requisito y haré todo lo posible para realizarlos”.

Charlie asintió y le dijo a Albert: “¡Vamos!”.

Mientras tanto, el taxi que Caden tomó ya había llegado a la intersección donde el subordinado de Albert estaba al servicio.

El taxista redujo la velocidad, señaló