“¿Todavía quieres el Himalaya?”.

El conductor resopló fríamente y dijo con desprecio: “Puedes salir del coche e ir a casa primero a soñar si quieres”.

Lolita dijo enojada: “Obviamente fuiste tú quien me hizo la promesa, entonces, ¡¿por qué te estás retractando de tu palabra?!”.

El conductor dijo enojado: “Esa fue una promesa condicional. Solo lo recibirías después de completar la tarea, pero ya no tienes que completar la tarea. ¿Lo entiendes?”.

Lolita curvó los labios y dijo fríamente: “No me importa. De todos modos, me hiciste una promesa, ¡así que tienes que cumplir tu palabra! ¡De lo contrario, definitivamente no he terminado contigo!”.

Justo cuando el conductor estaba a punto de hablar, el camión de enfrente ya había encendido su motor y estaba saliendo lentamente del estacionamiento, preparándose para ingresar al área de carga del aeropuerto.

El conductor sabía que esto era para que los materiales transportados en estos tres camiones pudieran ser movidos rápidamente al Boein