La chica asintió sin decir una palabra y luego frunció el ceño intensamente al mirar las seis monedas de cobre restantes de hace un momento.

En ese momento, la chica acababa de tomar las monedas en una línea diagonal desde la parte superior izquierda hasta la parte inferior derecha de las nueve monedas de cobre anteriores. Las seis monedas de cobre restantes presentaban dos triángulos en la parte inferior izquierda y superior derecha.

Luego, agarró las tres monedas de cobre en la parte inferior izquierda y apresuradamente las lanzó sobre la mesa mientras decía con una expresión aún más horrorizada: “El hexagrama es extremadamente sangriento. Deberá haber un asesinato aquí hoy…”.

Dicho eso, no pudo evitar murmurar: “Eso no puede ser correcto… Dibujé anoche un hexagrama, y aunque indicaba que me enfrentaría a una perdición, no era peligroso…”.

Después de decir eso, rápidamente agarró las tres monedas de cobre restantes y las lanzó sobre la mesa.

Sin embargo, debido a su nerviosismo,