Por lo tanto, él era aún más reacio a dejar escapar esta oportunidad única en la vida.

Mientras Charlie se dirigía a la villa, Aivan corrió de repente frente a él, lo bloqueó y le dijo fríamente: "Chico, te has inventado estos hechos y has insultado a mi padre y a mi maestro. ¿Crees que puedes irte así como así?".

Charlie no pudo evitar reírse y preguntar: "¿Qué pasa? ¿Vas a chantajearme?".

"¡¿Chantajearte?!". Aivan dijo con expresión severa: "A mí, Aivan Yaleman, no me interesa dedicarme a la extorsión y el chantaje. Solo necesito que me des una explicación satisfactoria de lo que acabas de decir. De lo contrario, ¡no me culpes por ser despiadado!".

Charlie sacudió la cabeza con impotencia, palmeó el hombro de Aivan y le dijo con seriedad: "Señor Yaleman, permite que te diga unas palabras sinceras. Tu padre tuvo una muerte verdaderamente trágica, y como hijo suyo y único heredero, deberías aprender a mantener un perfil bajo como ser humano. No vayas por ahí comportándote tan arrog