Spencer y Xavion se sentían como si estuvieran al borde de la muerte.

Su tolerancia al alcohol era solo promedio. Pensar en beber tres copas grandes seguidas les daba ganas de vomitar antes de haber tocado el licor.

Desgraciadamente, Charlie no les daba nada de flexibilidad.

Miró a Xavion y le advirtió con frialdad: "¿Qué esperas? ¿Por qué no te das prisa? ¿Quieres que te sirva una copa?".

Xavion rechinó los dientes y se adelantó con pánico, abriendo una de las botellas de Moutai con manos temblorosas.

Mientras tanto, Charlie colocó las dos copas una al lado de la otra y dijo: "Vamos. ¡Sirve el licor!".

Xavion solo podía hacer lo que le decían, y sirvió las dos copas llenas con el licor blanco.

Una vez que Xavion sirvió el licor, Charlie les hizo un gesto y les ordenó: "Vamos. Beban".

Spencer miró asustado el licor y dijo con voz temblorosa: "Señor Wade, yo... Tengo la presión arterial alta y también el azúcar en la sangre... El doctor me ha dicho repetidamente que no beba, as