Cuando la caravana de Xavion llegó a Brooklyn, realmente atrajó la atención de muchos jóvenes de la calle.

En Brooklyn, solo los jefes de las pandillas podían comprar Rolls-Royces, pero aquellos miembros locales de las pandillas ya habían memorizado durante mucho tiempo las placas de los Rolls-Royces de esos jefes. Por lo tanto, podían darse cuenta con un vistazo que estos coches eran todos de afuera.

Algunos de esos miembros de las pandillas no podían evitar tener malos pensamientos cuando vieron la caravana.

Sin embargo, después de ver que la otra parte tenía seis coches, su racionalidad les hizo comprender que solo podían mirar.

En este momento, Xavion, quien estaba en el coche, repentinamente recibió un mensaje de texto.

Esta vez, la otra parte había cambiado de número de teléfono celular al enviar el mensaje: “Ve al Motel Norte de Brooklyn Wharton”.

Un motel era el hotel exprés de la gama más baja en Estados Unidos.

Tenía las peores habitaciones y ubicaciones, con la admini