El guardaespaldas dijo nerviosamente: “Amo, es demasiado peligroso que vaya directamente. ¡¿Por qué no voy primero a revisar si hay algo mal con esa mujer primero?!”.

“No es necesario…”. Xavion sacudió su cabeza. Su padre, Spencer, ya había dicho todo eso. Si Spencer llegaba a enterarse de que le había pedido a alguien que fuera a revisar a esa mujer, Spencer definitivamente estaría muy decepcionado de él.

Entonces, solo podía aguantarlo y abrir la puerta del coche para salir del coche antes de caminar hacia la mujer al costado de la carretera.

Algunas de las mujeres no esperaban que un hombre de mediana edad bajara del interior del Cadillac y caminara directamente hacia ellas.

Entonces, algunas de ellas aún estaban ocupadas, rascándose sus cabezas y guiñando un ojo, con la esperanza de ganar el favor del hombre.

Xavion se sintió aún más disgustado cuando vio eso.

Sin embargo, no tenía más remedio que prepararse y caminar hacia la mujer rubia, enrollar los mil dólares en su mano