Las palabras del guardaespaldas hicieron que Finley entrara más en pánico y rápidamente preguntó: "¡¿Quién más ha muerto?!".

El guardaespaldas negó con la cabeza y dijo: "No estoy seguro de eso".

Después de eso, no se molestó en seguir hablando con Finley y se marchó a toda prisa.

Finley se sumió inmediatamente en una profunda reflexión. ‘¿Homer ha desaparecido? ¿Quién lo hizo? ¿Qué pasó con esos ninjas Iga? ¡¿Son ellos los que han muerto?!’.

Finley nunca pensó que los ocho ninjas Iga que contrató atacarían a Homer en su lugar. Por lo tanto, especulaba que podría ser otro enemigo el que había secuestrado a Homer.

Finley había hecho muchos actos despreciables en su vida. Sin embargo, podía jurar que no tenía absolutamente nada que ver con la desaparición de Homer.

Era raro que se enfrentara a algo así con la conciencia tranquila.

No le preocupaba que la desaparición de Homer tuviera algo que ver con él. Solo le preocupaban las implicaciones.

Si algo le ocurría a Homer, Finley p