El gerente de la tienda nunca esperó que Den preguntara esto.

Esto lo puso furioso de inmediato, y apretó los dientes mientras maldecía: “¡Lo único que te importa es el dinero! ¡Todos hemos sido despedidos! ¡Todos fuimos despedidos sin recibir ni un solo centavo en compensación! ¡El grupo también dijo que causamos daños extremadamente graves a la marca y se reservan el derecho de demandarnos, ya que ha sufrido enormes pérdidas inconmensurables! ¡Quizás incluso seamos nosotros los que tengamos que devolverle dinero al grupo!”.

Den se quedó atónito al instante, casi como si le hubiera caído un rayo. Todo se volvió completamente negro ante sus ojos, y casi se desmaya.

Solo volvió en sí gracias a una colega que se acercó y le echó un vaso de agua helada directamente en la cara.

En ese instante, Den se echó a llorar mientras gritaba: “¡¿Cómo pudo pasar esto?! Si no me pagan la comisión, ¿cómo podré conseguir el coche el mes que viene...? Acabo de hacer un depósito de cien mil dólares,