Si alguien le vendiera una villa de cincuenta millones de dólares que venía con una renovación de veinte millones de dólares, por cien millones de dólares, él también pensaría que era un buen negocio.

Además, necesitaría comprar una serie de artículos, incluyendo una serie de necesidades diarias, así como coches, yates e incluso helicópteros después de comprar la villa.

Es más, también requeriría una gran cantidad de recursos humanos y materiales para el mantenimiento, a fin de garantizar que pudiera ir a vivir allí en cualquier momento y siempre tendría sirvientas quienes podrían brindarle sus servicios en cualquier momento.

Por lo tanto, gastar cien millones de dólares para comprar la villa y luego comprar un coche, yate y helicóptero podría terminar siendo decenas de millones de dólares.

Asimismo, el costo de depreciación era increíblemente alto y fácilmente equivaldría a una depreciación de diez millones de dólares al año. No solo eso, sino que los costos de mantenimiento de