Cuando Gregory vio que Charlie no estaba convencido por su petición en absoluto, se apresuró a suplicar piedad y dijo: “Señor Wade, mi hijo ha cometido un error y como su padre, definitivamente encontraré la manera de compensarlo por ello. Haré todo lo posible para resolver este problema. ¡Por favor, no se enoje tanto!”.

Charlie asintió y dijo: “Ya que tienes esta actitud, no seguiré hablando tonterías contigo. Tu hijo se atrevió a tenderme una trampa y tratar de estafarme. Quería estafarme tres mil millones de euros y un Concorde de una sola vez. Yo, Charlie Wade, nunca me he encontrado con una trampa tan cruel en toda mi vida. ¿Cómo planeas resolver este asunto?”.

Gregory de repente tenía sudor frío por toda la cara.

Realmente no esperaba que su hijo fuera tan audaz.

Tres mil millones de euros y un Concorde... ¡Esto no era un maldito juego de apuestas, esto era un robo total a los demás!

Antes de que Gregory pudiera pensar en cómo podría darle a Charlie una respuesta satisfactor