Charlie se bajó del coche y cuando vio que había muy pocas personas en el lugar, preguntó con frialdad: “¿No dijiste que un total de más de setecientos miembros de la familia Wade de todas partes del mundo asistirían hoy a la ceremonia de adoración de los antepasados? ¿Adónde se han ido todos ellos ahora?”.

Jeremiah dijo con torpeza: “Charlie, como dice el dicho, todos ya habían huido tan pronto como se enteraron de la catástrofe que se avecinaba. Ellos saben que no podremos escapar esta vez y, por lo tanto, naturalmente no quisieron acompañarnos y morir junto con nosotros. Es natural que se hayan ido de la noche a la mañana”.

Charlie resopló y dijo con indiferencia: “¿Dónde está la gran lista de nombres de ayer? Tráemela”.

El tío mayor de Charlie, Clayton, dio un paso adelante de una manera un tanto deprimida, y le entregó una lista larga a Charlie mientras decía enojado: “¡Toma! Mírala por ti mismo”.

Charlie le arrojó la lista directamente a Clayton y dijo con frialdad: “Quiero q